Mañana celebran el dia de las mujeres, lo que antes llamaban el dia de la mujer trabajadora. Esta nomenclatura se eliminó porque es redundante, todas las mujeres trabajan, incluso lo que llamamos "marujas" estan haciendo un trabajo doméstico y/o reproductivo, con un valor estimado de la mitad del PIB de Catalunya. Lo que pasa es que confundimos pagar con valor, y criar y educar a los ciudadanos del futuro se ve que es poco comparado con cualquier trabajo remunerado.
Mañana se leeran manifiestos en todos los ayuntamientos, me han invitado a una inauguración de una asociación de mujeres (con tintes multiculturales, para ser más mega-guay), cuyo objetivo, a parte de llenar la web del ayuntamiento y hacer un par de fotos, desconozco. Supongo que sacaran a pasear la historia de las sindicalistas americanas que fueron quemadas vivas, diran como nuevo que las mujeres trabajamos, que hacemos cosas importantes, que caminamos hacia la igualdad y harán algún apunte a la violencia de género.
Los políticos dirán lo que algún técnico/a les ha dicho o escrito por la mañana. Los mismos que enchufan a sus colegas masculinos de partido hablando de la no discriminación. No dirán que la política que mueve el dinero (urbanismo, promoción económica) y los cargos de confianza son cosas de hombres, como el brandy, que las concejalias de asuntos sociales y educación son cosa de mujeres.
Se hablan de grandes cosas y nadie ve las sutilezas del día a día, que son las peores. Estamos tan acostumbrados a juzgar a las mujeres por su aspecto (la puta, la monja, la que busca algo), a sobrevalorar o menospreciar las opiniones y las acciones por el sexo, que no nos damos cuenta. Lo sútil y aceptado es lo más perverso, lo que no se puede cambiar y un tabú. Por eso no sale en los discursos.