Mi amiga B. tuvo a su hijo gracias a uno de esos tratamientos de los que confundo el nombre, y poco después tuvo un problema que le impide volver a tener hijos. Normalmente esos tratamientos son más costosos (economica y
emocionalmente) que un polvo de diez minutos, y por este motivo ven al
hijo más valioso o más deseado que los hechos en diez minutos tontos. Te
sueltan frases del tipo "nuestro jaimito es muy deseado, nos costó
tanto...". Algunas de estas madres son un pelín obsesivas, confunden ser
buena madre con ser absorbentes. Así que B. es tan buena madre que duerme con su hijo de 6 años, en una habitación a parte de su marido, con el que no folla hace 3 años. Solo le da besos sin lengua, cortos y con los labios cerrados. No trabaja por si un día su hijo se pone enfermo, o por si le pasara algo terrible como una hospitalización. Tampoco quiere separarse del niño al mediodía, nada de comedores escolares ni de comer con familia o amigos sin la madre. El niño no va a ninguna parte sin la madre, ni la madre sin el niño, parece que el niño ha sustituido a la pareja que B. no tiene (el marido es invisible), incluso toma el café con las amigas y el niño, que es un contertulio más en conversaciones femeninas subidas de tono. Cuando fulanita dice que tenia un novio que le encantaba el sexo oral, allí está el crio escuchando, incapaz de ir a jugar con otros niños. B. dice orgullosa que vive por y para su hijo porque es muy deseado y no puede tener más. Sus reflexiones me hacen pensar en lo fácil que es proyectar nuestras neurosis.
El sentido de la propiocepción no es otro que percibir nuestro cuerpo para movernos, pero hay otra acepción del término que es la percepción general que tenemos de nosotros mismos. Si nos preguntan como somos, respondemos en base a unas creencias que nos hemos formado, y pueden ser ciertas o no. Si le preguntan a mi ex-marido como soy, dirá que soy una bruja, mis vecinos que soy encantadora, y mi madre que soy fuerte y malhumorada. Yo no me veo ni fuerte, ni malhumorada, ni encantadora ni bruja, sino una colgada de la vida, insegura y caótica que lo disimulo bien. Al final, es díficil saber realmente quien te define bien, y por otra parte las definiciones son límtes absurdos, todos llevamos dentro un angel y un demonio.
Mi amigo C. es una de la personas que tiene una percepción de si mismo más distorsionada. Un amigo común me dijo que de pequeño, C. era un niño muy inteligente y por eso se juntaba poco con los demás, que eran unos gamberros. Que ahora C. es un intelectual y que lástima que no se pase más por el bar del pueblo. Una versión muy distinta de la que se imagina C. Pásate más por el pueblo.
De pequeños, nuestros padres nos ponen unos límites morales de lo que está permitido y lo que no. Nos pasan sus prejuicios de tipo sexual, moral, político, religioso o patriótico. De adultos podemos quedarnos ahí, reprimidos y con miedo a todo, o romper esos límites y vivir como quien somos, y no como nuestros padres quieren que seamos. Los niños tienen miedo, los adultos viven la vida. Cada uno debe escoger.
Cuando te lias, medio lias o tonteas con un hombre casado, te crees que está mal con su mujer, es obvio que quien está contento con lo que tiene en casa no busca nada fuera. Esta creencia se refuerza con los típicos comentarios de "mi mujer....", ojo, que los hombres se sobrevaloran y tienen la piel muy fina, cualquier mujer que no los alabe es una bruja. Normalmente te dicen que no follan nunca con su mujer. Por la cantidad de mujeres amargadas y hombres simpáticos que veo por la calle, esto debe ser verdad la mitad de las veces. En cambio tu eres una diosa del olimpo. Ya está la trampa montada, los dos se sienten la séptima maravilla mundial. Normalmente pierde el que no está casado, porque en su ignorancia no se da cuenta de que a nadie le amarga un dulce, pero de ahí a comprar la caja entera, hay un trecho. Los hombres casados son como niños, le gusta jugar, pero cuando les pides que se comporten como un hombre te dicen que piensas demasiado y ya no te ajuntan. La amante tiene que seguir el juego que toque y no pedir nada, porque para mujer exigente ya se quedan con la esposa. Cuando el juguete nuevo se rompe se dan cuenta de lo importante que es el matrimonio, y tu te quedas con un palmo de narices, dudando de si has soñado los últimos meses y con complejo de gilipollas. Un poco tarde he aprendido que los hombres de verdad cogen el toro por los cuernos y se atreven a poner nombres a las cosas. Lo más gracioso es que esto ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo, a partir de ahora veré más telenovelas.
Mi ex-marido, que es un cuadriculado y en los últimos tiempos me hizo la vida imposible, a la hora de despedirse tuvo bastante clase. Le dió un ataque de buen rollo y dijo que a pesar de todo, lo que ha pasado es lo mejor. Cero discusiones, cero explicaciones, me voy porque no estoy bien y punto. Este gesto le honra, tiene mil cosas malas pero se despidió bien y tuvo la valentía de hablar claro. Mi último amor ha sido lo contrario. Es un hombre maravilloso, pero la cobardía le pierde. Dice una cosa pero hace otra. Si le das un morreo y le metes la mano en le paquete te dice un "te quiero" que debe ser un automatismo masculino, un reflejo como el del martillo y la rodilla. Antes yo no sabía esto del reflejo, y claro, te lo crees como si fueran palabras dichas con lucidez.
Cuando le he preguntado qué es lo que somos me salta con un "piensas demasiado". Ostia, que forma tan guay de no echarle cojones al asunto. Si pensar te produce una lucha interior, mejor no hacerlo, ir de zombi por la vida te permite sobrevivir a tus traumas. Yo soy una experta en ir de zombi y poner buena cara cuando me estoy muriendo, pero al final la mierda que hay bajo la alfombra, acaba saliendo. También he cogido la costumbre de ser sincera con los tios, y es terrible, se ponen de un chulo que no hay quien los aguante.
Al final, a este chico le he pedido que se defina, y ha reaccionado con una muralla de chuleria, no se ha atrevido a exponerme lo que él piensa, a sincerarse, y lo ha dejado todo como una alucinación mia. Una forma poco elegante de despedirse que no hace más que mostrar lo poco que está dispuesto a dar. Ahora lo único que quiero es recomponerme. Le deseo que sea feliz con su mujer y sus hijos.
Las mujeres tenemos la costumbre de hacer preguntas a nuestras parejas. Demasiadas si las comparamos con las que hacen los hombres; cero. Normalmente son cosas del tipo si estoy gorda, si te gusto, me quieres o me queda bien esta ropa. Las respuestas o no son lo que esperas o no te lo dicen con el tono que deseas, el 99% de las veces no te deja satisfecha. Y ahí viene el cabreo. Cuando te has cabreado ya unas cuantas veces, te empiezas a arrepentir de hacer la pregunta al segundo de hacerla. Al final son preguntas-trampa, no hay hombre capaz de dar una buena respuesta ni mujer capaz de callar a tiempo.
Mi amiga F. me cuenta con los tios que se ha enrollado. A veces me cuesta seguirle el hilo, y no se si "enrollarse" es acostarse o hacerle una paja de consolación. El día que me dijo que con algunos hombres no se acuesta pero les hace una paja me quedé estupefacta, que aburrido. Sus historias siempre me han parecido divertidas, yo decía que si alguna vez estaba soltera seria como F. Ahora que estoy sola y enamorada (que mala combinación!), ya no le encuentro la gracia. De golpe me di cuenta que al hombre objeto de mis fantasias me lo comeria a besos, pero a otro no, así que el sexo con "solo amigos" pierde la gracia. De momento F. me seguriá contando sus lios y yo seguiré siendo la mojigata que le parece aburrido una paja de consolación.
Parte del tiempo vivimos disimulando lo que somos y pendientes de convenciones sociales y familiares. No hace falta vivir casos extremos, como homosexuales "escondidos", casi todo el mundo va a ver a la suegra, al cumpleaños de la cuñada o a esa fiesta cuando desearia hacer otra cosa, lo que llamamos "quedar bien". Cuando afinamos los sentidos, la cosa va más allá, y nos encontramos fingiendo un papel, el del marido obediente, el hijo bueno, y actuamos encorsetados de acorde a lo que haria ese hijo bueno. La gracia es que lo negamos, porque lo conocido es seguro, aunque no sea lo mejor, y nuestro papel es conocido. Al final este teatro nos acaba pasando factura, por eso la mitad de la gente está asqueada de su vida. Vale la pena al menos intentar ser quien se es, basta por comenzar a no ir al cumple de la suegra o a esa fiesta que odias.
Últimamente he salido con un chico la mar de majo, le gustan las mismas cosas que a mi, es atento, está siempre disponible a venir donde yo le diga, soltero sin cargas..... objetivamente es perfecto. Subjetivamente, me importa un bledo que sea perfecto, no me dice nada. Para colmo, me he dado cuenta de que tengo un problema sexual, el enamoramiento. De otra persona, claro está. Creo que en estos momentos podría venir un híbrido de Robert Redford, Dicaprio y multimillonario, diciéndome que soy la mujer más maravillosa del mundo, suplicarme matrimonio, y no me gustaría porque no se parece a él. Si, reconozco que es enfermizo.
Luego se ha corrido la voz en el pueblo de que estoy separada, así que últimamente me salen amigos hombres dispuestos a quedar para hablar. La frase siempre es la misma, "ya sabes, si necesitas hablar con alguien me llamas y vamos a hacer un café". No entiendo porque voy a hablar con una persona que hasta ahora he hablado poco. A la segunda vez que me llaman les digo que ya nos veremos en la fiesta mayor. La última vez que tuve un amigo me pillé hasta los huesos, lo pasé fatal y aún me dura. Dicen que el gato escaldado huye del agua fría, y yo huyo de cualquier amigo masculino. También hay tios que van de marchosos, me dicen que salen por Salou y Sitges, que se lo pasan super bien. Cuando me piden el teléfono me hago la mística. Digo que creo en el universo y el destino en los encuentros, si el destino quiere nos encontraremos, así que es inútil dar el telefono.
Dicen que el tiempo lo cura todo, pero creo que voy a necesitar mucho tiempo para acercarme al agua fría.
A medida que cumplimos años se hace más díficil hacer amigos, sobretodo esos amigos con los que tienes mucha confianza. Hacer un amigo de super-confianza con 40 es un milagro (ojo, creo en los milagros). En el caso de las mujeres la cosa se complica. Las mujeres no tenemos término medio ni medida de la amistad. La mayoria de mujeres no sale de la sombra del dúo marido-hijos, y repiten como loros que tienen mucho trabajo. No se permiten abandonar sus casas media hora. En el fondo solo es que se sienten culpables si se descarrian del patrón de "mujer como tiene que ser". Luego hay unas mujeres que si se permiten salir a hacer un café, lo malo es que necesitan quedar cada día para hacer el café, para que sus niños jueguen a la salida del cole y para merendar. No debe quedar nada sin hacer con las amigas. Son lo que yo llamo "amistades pegajosas", no entienden que no hace falta fichar cada día, se quedaron en la adolescencia y no saben aún que las personas adultas van solas a muchos sitios, y a veces van con amigas. Si no desayunas, comes y cenas con ellas no te llaman.
Ante este panorama, hay que saber navegar entre unas y otras. A mis amigas marujiles las voy a ver a su casa, y hablamos mientras ellas planchan. Mis amigas pegajosas se que no me llamaran si no ficho cada día, el día que me apetece las llamo yo. Creo que entre hombres la amistad es más equilibrada, los hombres no son absorbentes ni se sienten mal si salen sin la mujer.
Mi madre es una persona desagradable, sobretodo como madre. Es de esas personas "sinceras" que cuando te ven te recuerdan que estas más gorda. Como abuela es una pesadilla, siempre ha presumido de que no le gustan los niños, y ahora es una máquina de órdenes, tipo lávate las manos, haz pis, come, no te manches, come más, no te muevas. En combinación con mi padre ya son la leche, son de esas parejas condenadas a vivir juntos. El primero que se muera dejará al otro en la gloria. Mi padre ya se esfuerza en dejar a mi madre viuda, lleva años autodestruyendose y fumando como un carretero, es más lento pero más seguro que sus intentos de suicidio.
Hecha la introducción, tengo que decir que llevo 30 años aguantando la absoluta sinceridad de mi madre. En mis últimos tiempos de penas de amores, mi madre siguió siendo sincera, y ahí ya saqué fuerzas para decirle que basta. Creo que cuando estas en el fondo, si te intentan hundir más haces como un corcho.
No bastó un día, al día siguiente me volvió a llamar para soltarme la misma monserga, sabiendo que es una cosa que me hace daño. El motivo es que es mejor decir las cosas que dejarlas dentro, y si es verdad no hay por qué callarlo. Sea lo que sea. Después de recomendarle un psiquiatra, la mandé a la mierda y le colgué el teléfono, por tercera vez en el último mes. Mano de santo. En un minuto logré más que en 30 años de callar y buenas palabras, y me siento mejor.
Mi amigo C. dice que los 40 es como una segunda juventud, así que los que hemos sido buenos de jóvenes tenemos que ser malos a los 40. Todos tenemos un motivo para insultar a los padres o mandarlos a la mierda, es realmente sanador hacerlo para renacer, si no lo haces a los 15 hay que hacerlo un poco más tarde.
En las tertulias la inmigración es un tema estrella. Siendo tan complejo, todo el mundo se atreve a hacer un análisis, cuya profundidad se queda en decir que hay mucho inmigrante y que los moros tienen muchos hijos y mujeres con pañuelo. Luego se sueltan una serie de rumores, y ahí se queda la cosa, con todo el personal moviendo la cabeza hacia delante y hacia atrás como pánfilos. A nadie se le ocurre contar la de sudamericanas que estan encerradas a cal y canto, cuidando abuelos y limpiando por dos duros, en condiciones que ninguna española a punto de ser embargada aceptaria ni por tres mil euros. Tampoco nadie repara en las "mesas dobles", esas cafeterias de barrio elegante donde hay una mesa con madres guapisimas y otra con niños rubios y señoras filipinas. Esto es alucinante, la niñera-chacha filipina se queda de interna en la casa, y como tiene la suerte de tener comida y casa, se le descuenta ese gasto del sueldo, con lo que te queda la cosa por 300 euros. Los findes ves a las familias en el restaurante, la pareja hablando y la filipina dando de comer a los niños. Los niños son un complemento bonito, más sin son rubios como los niños pijos, pero dicen que parir rejuvenece y criar envejece, así que las pijas no se van a comprar el prevage (antiarrugas de 200 euros) para criar niños, el prevage y el thermacool van con filipina.
Está claro que para que alguien esté arriba, otro tiene que estar abajo, y la libertad de algunas personas con viejos y niños se basa en la semiesclavitud de otras. Además, la de pijas que tendrian un ataque de ansiedad por aguantar a su hijo en el restaurante o las vacaciones seria un gasto médico añadido para el pais. Así pues, no nos quedemos solo en que los moros tienen muchos hijos y mujeres con pañuelo.
Los humanos tendemos a repetir como loros frases de consuelo, mi ex-suegra a todo le encontraba un que se le va a hacer, si dios lo ha querido, esa resignación cristiana que tanto me alucina y envidio. Yo ahora me encuentro en una fase de repetirme eso de "alegrate de librarte de quien no te quiere", que si las cosas no son es porque es lo mejor, que sola estoy muy bien, etc. No son frases de autoayuda sino de autoengaño, porque la euforia solo dura hasta que acabas la frase, y se que si él me llamara iria corriendo.
Ahora solo espero que el autoengaño funcione y me lo crea. El otro día me encontré con una conocida que ha tenido un cáncer. Después de curarse empezó a repetir sus mantras y nuevo lemas de la vida, eso de que la enfermedad me ha cambiado, ahora valoro las pequeñas cosas, soy otra, me voy a tomar las cosas de otra manera..... el día que la vi iba cabreada porque su hija de 5 años no le había dejado ver una serie de la tele, hacía ya unas horas y aún estaba pegando la bronca a la niña, cuando me vió me empezó a decir lo trasto y mala que es su hija. La paré, que no es para tanto y ya ha pasado rato. Seguro que tu jefe te hace putadas más gordas y no lo machacas tanto. Que un capítulo de una serie no es nada, y si la cria no se quería meter en su habitación tiene todo el derecho. Que no vale la pena, que tienes una cria muy maja. Nada de esto la calmó, siguió quejándose como una gilipolllas. Al final sus lemas de "soy otra" estaban vacíos, son frases de pelicula que se dicen porque toca, como los mios.
Las mujeres de mi generación, sobre los 40, hemos heredado el feminismo de Simone de Beauvoir y compañia, podemos hablar sobre la sobrevaloración masculina, la discriminación por razón de sexo y los trabajos feminizados. En realidad es una especie de guerra de sexos encubierta, o sea, una guerrilla. Confieso que toda mi vida he generalizado con los tópicos sobre hombres, pero como no me va que me den el pensamiento enlatado, procuro sacar mis propias conclusiones. En todo este proceso de razonamiento, me ha ayudado mi amigo C., que realmente es el primer hombre con el que he hablado de algunas cosas. La generalización es tremenda, la misma cantinela aplicada a toda la humanidad. Los hombres de ahora no quieren ser como sus padres. Las mujeres se empeñan en interpretar el mismo papel con las mismas frases y el mismo odio, parecen víctimas pero son agresivas. Ahora veo que hombres y mujeres somos victimas de lo mismo, se tendría que cambiar el feminismo por el humanismo, celebrar que haya hombres y mujeres y amar a las personas dejando los tópicos de lado, que acaban cansando.
Yo siempre he sido de las que dicen que mejor dejar un novio con el que la cosa no va bien, que hay más peces en el mar. Ahora me encuentro en el otro lado, en el de que te crees que solo hay un pez en el mar. En esta vida no puedes dar nada por sentado.