Ortópteros, grillos, saltamontes y langostas
15 Febrero, 2008 10:39
Escrito por jmdf,
General
per Josep Maria Dalmau jmdf@menta.net www.fondoimagenes.com
A pesar de la mala fama que las historias bíblicas le han atribuido, los simpáticos ortópteros no son tan malos como los pintan. Además son unos magníficos modelos que nos pueden ayudar a conseguir unas fotos fabulosas y con poco riesgo.
Saltamontes, grillos y langostas todos de una misma familia aunque se les conoce mas de 20.000 especies. Los podemos encontrar en todo el mundo con las variaciones propias de su lugar de origen.
Tienen dos fases que se diferencian por el color y las costumbres.
La fase migratoria (gregaria) y la fase sedentaria. Según el alimento del que disponen, hace que pasen de una fase a otra. En nuestras latitudes donde saltamontes y langostas están controlados y tienen comida suficiente nunca pasan de la fase sedentaria. Es en países tropicales donde un mal año con carencia de hierba habiéndose multiplicado en abundancia el año anterior pueden llegar a la fase migratoria (gregaria) por la falta de comida y llegar a convertirse en una plaga que lo arrasa todo a su paso.Tal como nos cuenta el relato bíblico, cubren todo el terreno dejando un manto negro allí donde se posan. Devoran toda la hierba y la fruta y cuando nuevamente emprenden el camino, el lugar es totalmente inhóspito.
¿Como son los saltamontes? Tienen una cabeza triangular de las que sobresalen unas antenas que emplean para orientarse y como órgano olfativo. Detectan de lejos los peligros que los acechan, encuentran la comida y saben su sabor.
Los órganos visuales de los saltamontes están constituidos por pequeñas retículas que les dan una magnifica información general.
Las alas traseras, les permiten volar; pero no pueden recorrer grandes distancias.Solo las langostas migratorias pueden efectuar largos vuelos ayudadas por los calidos vientos del desierto.Viven en cualquier parte, aunque prefieren sitios calidos. Nacen con la primavera y se reproducen durante el verano.
Su número y habitats están determinados por la cantidad de comida que encuentran. Esencialmente son herbívoros aunque también comen frutos.
Tienen el paladar muy fino y les gusta probar la comida antes de tomarla, para ello se valen de las antenas que usan a modo de papilas gustativas. Una vez es de su gusto, la trituran con sus poderosas mandíbulas. Los saltamontes en determinadas circunstancias son una amenaza para la agricultura, pero la naturaleza en su gran sabiduría los controla por medio de sus depredadores naturales como las mantis y algunos escarabajos que los devoran en gran cantidad.
Aun así, para el hombre no representan ningún peligro, el fotógrafo de la naturaleza puede estar tranquilo que ningún mal pueden hacerle. Salvo, eso si; la curiosa costumbre que tienen de saltar cuando nosotros pasamos con tan mala fortuna que en ocasiones nos aterrizan en plena cara. No pasa de ser una interesante anécdota que contar.
Son muy fáciles de fotografiar, entre salto y salto les gusta estar largo rato sobre una hoja o planta olisqueando su posible alimento. Si adoptamos las precauciones habituales largamente descritas en este libro, es decir; acercarnos muy, muy despacio procurando mover muy poco las hierbas a su alrededor, nos dejaran acercarnos tanto que les veremos los dientes masticando sus vegetales. Es una bonita experiencia que las modernas cámaras digitales con sus potentes ópticas en modo macro pueden ayudarnos a inmortalizar.