COSAS DE LA VIDA

El consistorio Barcelonés estrena nuevas ordenanzas municipales para el 2011. Entre las medidas más destacadas, está la nueva ordananza que prohibe la ciudadania fea, gorda o que no se adapte a los cánones de belleza reglamentarios. Para establecer que personas son aptas para vivir en Barcelona, en Enero del 2011 se abrirá una oficina de certificación de ciudadania, en la que expertos en el tema pesarán, medirán y expedirán un certificado de idoneidad estética. El objetivo de tan polémica medida, según Jordi Hereu, es conseguir una población de calidad y mejorar la imagen y la proyección internacional de Barcelona. En los últimos años, el ayuntamiento ha hecho un gran esfuerzo  en mejorar la imagen de la ciudad, con una inversión de 12 millones en las tejas multicolores del mercado de Santa Catalina, y otro tanto en unificar las terrazas de los bares y los kioskos. Pero estas inversiones no se corresponden con Barceloneses feos. Además, añade Hereu, con lo primero con lo que se topa el turista es con el taxista, la recepcionista del hotel, y si son feos, echa por tierra todo nuestro esfuerzo.

Esta medida no afectará a los visitantes de Barcelona, que podrán visitar la ciudad sin necesidad del certificado de idoneidad estética.

La abuela de mi amiga Ana fue alcoholica durante muchos años, sin que nadie sospechara que esa madre de familia, cocinera maravillosa y amantísima abuela no podía vivir sin ir con el puntillo. De joven aquella noticia me alucinó bastante, ahora me parece hasta lógico que aquella señora se metiera en la cocina para pegar un trago y poder soportar su vida.

Este hecho golpeó a la familia de Ana por un solo motivo; era la abuela, la mujer-ama de casa que se supone que no hace estas cosas. Si hubiera sido el abuelo, la cosa ya seria más normal. Normalmente tendemos a menospreciar o a pensar que la vida de algunas mujeres es simple, aún tenemos el modelo de bread-winner metido en el coco (que se resume en; hombre que trabaja-hace-cosas-importantes y mujer mascota). Pero si investigas un poco, te enteras de cosas que nunca imaginaste, descubres una mujer que escribía poesias a escondidas, que tenía pasión por el dibujo o que trabajó en el oficio más raro que puedas imaginar. Quien se piense que tiene una abuela normal y con una vida aburrida, es que ha rascado poco.

La silvicultura es el cuidado de los bosques, idealmente los bosques deberían estar gestionados, pero es muy caro y totalmente inviable. En algunas zonas que se quemaron, los nuevos pinos se agolpan a un palmo de distancia, creciendo raquíticos. Entre los pinos raquíticos, crecen especies pirofitas como la argelada, que las muy vivas tienen una estrategia buenisima para ganar terreno; se dedican a expandir el fuego si hay un incendio. Así, una vez quemados los árboles, ellas renacen en dos días y lo inundan todo. Que se joda el vecino, que yo me reproduzco. Así es la naturaleza.

Así que el otro día se me ocurrió una idea genial para aclarar los bosques sin coste alguno; cortar un pino raquítico como árbol de navidad, para que así los pinos de al lado puedan crecer bien. Esta técnica forestal se podria llamar "aclarado navideño".  

Ya tenía la zona buscada (la subida a le ermita), el hacha a punto, cuando mi marido me dice que eso es ilegal, que la montaña tiene dueño. Todas mis ideas acaban siendo ilegales, como los buenos negocios. De todas formas, animo desde aquí a cortar los pinos raquíticos.