CHINA - Un año para medir la Gran Muralla
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El paso del tiempo ha afectado a la Gran Muralla casi
tanto como las incursiones de los bárbaros de Asia que pretendía frenar
hace ya más de 2.000 años. Y es que, a pesar de su trascendencia
histórica y de ser Patrimonio Cultural de la Humanidad, el «Muro de los
10.000 Li» (como se conoce en China a esta barrera, porque cada día li
son 500 metros), no estaba amparado por ninguna norma de protección
estatal hasta el pasado otoño.
A partir de ahora, el Gobierno central multará con entre
5.000 y 50.000 euros a quien organice actividades comerciales en los
tramos cerrados a los turistas y a quien haga pintadas o «graffiti»
como los que abundan en las zonas más visitadas. También serán
castigados con dureza, incluso con penas de hasta 10 años de cárcel,
los numerosos expoliadores que roban sus piedras y ladrillos para
utilizarlos como materiales de construcción.
El régimen comunista chino ha tomado tan drástica
decisión después de que cien metros de la Gran Muralla fueran
desmantelados hace dos años para pavimentar una carretera y de que una
multitudinaria fiesta «rave», organizada con la aprobación de las
autoridades locales, causara graves daños al monumento.
Todo, incluyendo la nueva medición, con tal de proteger
la Gran Muralla, que data de la Dinastía Qin y se remonta al año 221
antes de Cristo, cuando el primer monarca que unificó China, Qin Shi
Huang, restauró los diseminados muros de defensa procedentes de la
Época de los Reinos Combatientes (476-221 a.C.) y los conectó en una
nueva construcción de 4.800 kilómetros. En el 206 a. C., la Dinastía
Han extendió el muro hasta el Desierto de Gobi, en Mongolia, para
conjurar la amenaza de los hunos que acaudillaba el temido Atila. Pero
la Gran Muralla que hoy conocemos procede, en gran medida, de la
Dinastía Ming (1368-1644), que introdujo ladrillos como los que se
emplean actualmente y convirtió la obra en un prodigio de la ingeniería
al extenderse por escarpadas montañas con pendientes de hasta 70 grados.
El Gobierno chino llevará a cabo durante doce meses un
concienzudo estudio de la Gran Muralla para comprobar su longitud
exacta, estimada en unos 6.300 kilómetros, y protegerla mejor
¿Cuánto mide exactamente la Gran Muralla? Esa es la
pregunta que, desde hace décadas, se hacen los arqueólogos chinos, a
quienes no les basta con los 6.300 kilómetros de longitud que
tradicionalmente se atribuyen a este impresionante monumento.
Contagiándose del mismo espíritu que ya llevó a revisar
la altura del Everest en 2005, la Administración Estatal del Patrimonio
Cultural y la Oficina Nacional de Mediciones y Mapas efectuarán un
concienzudo estudio que podría ser tan masivo como la construcción de
la Gran Muralla. De hecho, los resultados no se conocerán hasta 2008,
por lo que los investigadores se pasarán 12 meses recorriendo el
colosal monumento y recopilando datos.
Desde luego, no les faltará trabajo, porque la Gran
Muralla se extiende desde el paso de Jiayuguan, en la provincia
noroccidental de Gansu y cerca de la frontera con Mongolia, hasta la
Bahía de Bohai, a cien kilómetros de Pekín.
Sin embargo, lo que los arqueólogos se encontrarán
durante casi todo el trazado serán ruinas, ya que sólo el 20 por ciento
de la construcción se mantiene en pie, un 30 por ciento se encuentra en
malas condiciones y el resto ha desaparecido casi por completo.
Protección estatal
http://valencia.abc.es/20070115/cultura-arqueologia/para-medir-gran-muralla
_200701150258.html