Entre las flores.
28 Marzo, 2008 12:04
Escrito por jmdf,
General
por Josep Maria Dalmau jmdf@fondoimagenes.com www.fondoimagenes.com
El invierno todavía atenaza los campos, el frió gélido es el señor de las noches; pero a finales de febrero los tibios rayos del sol empiezan a calentar al llegar el mediodía. Las primeras plantas empiezan a dar signos de vida; aparecen brotes nuevos de los dormidos arbustos y los almendros mas atrevidos empiezan a sacar sus primeras flores. Temeridad que muchos años les cuesta la vida, pues el invierno aun puede enseñar los dientes.
Mas es cuando llega marzo abril que se produce una autentica explosión vegetal, el tibio calorcillo del sol al mediodía produce unas hormonas en las plantas llamadas auxinas que producen el desarrollo de las células vegetales hacia la luz. Para el fotógrafo de la naturaleza encontrarse por la mañana en un prado todavía húmedo por el roció nocturno rodeado de plantas e incipientes flores es como encontrar el nirvana, la tierra prometida o el paraíso de las eternas cacerías del Gran Manitú. Este es nuestro elemento, cuando los campos se tiñen de un verde intenso; salpicados de maravillosos amarillos de los primeros narcisos silvestres, el diente de león todavía incipiente se enseñorea de los bordes de los caminos. Los humedales que todavía conservan la humedad del invierno se llenan de ranúnculos blancos, las violetas disidentes cambian el color del paisaje.
Es el momento de fotografiar flores. Cuando las aves migratorias que han pasado el invierno con nosotros ya han emigrado y las que vienen de sitios mas calidos a pasar el verano todavía no han llegado, los primeros insectos justo asoman la cabeza fuera del cascaron y todavía es raro encontrarlos; es el momento de fotografiar flores. Pretender tener una colección digna y conocer toda la amplia variedad de la flora que nos rodea, es tarea casi imposible. Mi trasero inquieto me ha llevado a fotografiar la amplia gama de temas que nos ofrece la naturaleza y el precio que hay que pagar por ello es de no poder profundizar en ninguno en concreto. La entomología, la ornitología o la botánica exigen dedicación absoluta a cualquiera de estos temas durante toda la vida, nos contentaremos con un muy ligero barniz y una muy sólida formación fotográfica. Aun así, cuando llega la primavera es el momento de fotografiar flores.
El equipo.
Pues el que usemos habitualmente, la mayoría de veces fotografiaremos las flores con macro por lo que lo mas adecuado con una SLR es ponerle una lente de 105 mm. que nos permita acercarnos a unos centímetros de nuestro modelo vegetal. Con una compacta, pues un poco mas de lo mismo; en modo macro, el zoom por la mitad y a conseguir buenos encuadres. Las flores no se mueven del sitio, pero si hay un poco de brisa, será difícil que se estén quietas, por otro lado hay que cerrar el diafragma un poco a fin de conseguir una buena profundidad de campo, lo cual va en detrimento de la velocidad de obturación, lo cual tampoco ayuda. Busquemos un sitio resguardado si hace viento para que la flor este quieta.
Recordemos nuestro código ético, ninguna toma merece arrancar una flor de su tallo para obtener una fotografía, pensemos que si los ríos son las arterias de nuestro planeta y la roca es su esqueleto, la tierra y la flora son su piel. Arrancar innecesariamente plantas y flores que son los pulmones por los que respira nuestro mundo es como si nos mutilamos nosotros mismos. Hay ocasiones en que para no obtener un encuadre aburrido de arriba hacia abajo, pensamos que bien quedaría la flor a la inversa, de abajo hacia arriba con el cielo azul de fondo. Pues es muy fácil, no es necesario arrancarla, es suficiente con que nos tumbemos en el suelo encuadrando hacia arriba. Después de sacudirnos las garrapatas que se nos hayan pegado y de oír crujir nuestras articulaciones por las posturas difíciles que hayamos adoptado, miraremos la foto obtenida y veremos que ha valido la pena. Respetemos el medio ambiente y dejémoslo como si no hubiéramos pasado.
Las primeras flores que encontraremos es la muy bella del almendro, que bellas composiciones podemos obtener con ellas, el diente de león, también llamado achicoria amarga con sus largos tallos que pueden alcanzar los 40 o 50 centímetros y sus hermosas flores amarillas en roseta, hermosa y muy excelente planta medicinal, hepática y un magnifico diurético natural. También se obtienen de ella buenos licores aperitivos. Las blancas ranúnculos con su botón amarillo, la buena y comestible borraja nos da unas flores de un azul intenso, su tallo y hojas están cubiertos de pelos, de ahí viene su nombre derivado del vocablo latín borra, que significa pelo. Los antiguos curanderos recomendaban las flores de la borraja para todos aquellos males que producían fiebre por sus efectos sudoríficos y depurativos.
Con las primeras espigas trigueras apuntando hacia el cielo, crecen sus inseparables huéspedes las amapolas. Que incomparables paisajes punteados de rojo intenso nos ofrece la primavera. Al contrario que su prima la adormidera, sus cápsulas contienen alcaloides en muy baja concentración por lo que sus infusiones y jarabes son altamente recomendables como sedantes naturales para el sistema nervioso y también para calmar la tos. No confundirla nunca con su pariente la adormidera, no vayamos a emprender extraños viajes.
Mas cerca del mar o en las cordilleras pre litorales encontramos las amapolas marinas, fáciles de distinguir por sus cuatro pétalos amarillos y su cuerno central que adopta en ocasiones una forma bastante fálica.
El abrojo o cardo se yergue como altas torres en medio de los bajos matorrales, sus hojas espinosas pueden parecer incomodas de acercarse a ellas, pero sus bellas flores que se elevan en ocasiones a mas de dos metros de altura pueden ofrecer muy bellas perspectivas. Es una planta comestible aunque no lo parezca por sus humildes orígenes, sus frutos son muy parecidos a la alcachofa. En la edad media durante las grandes hambrunas su cultivo fue muy importante en Europa por necesitar muy pocos cuidados y ser muy resistente a las inclemencias. Sus partes comestibles son las pencas y las hojas tiernas. La naturaleza nos ofrece una continua lección, hasta las plantas mas humildes son útiles para el hombre.
Una de las flores mas agradecidas para fotografiar y que encontramos en grandes extensiones cultivadas y también en forma silvestre por los caminos, es el girasol. Su nombre viene por su propiedad de orientarse siempre hacia nuestro astro. En 1591 el explorador Acosta describe la planta en Nueva España como “La flor que llaman del sol.” Fue traída a Europa por los españoles que la cultivaron con profusión ya que pronto aprendieron a extraer sus maravillosos aceites de sus semillas, las pipas de girasol, también son muy apreciadas para comer una vez tostadas. Las flores son muy fáciles de fotografiar por que son grandes y siempre bien orientadas hacia la luz, los campos de girasoles ofrecen una tonalidades cromáticas únicas para sacar paisajes con la categoría de obras de arte. Pintores famosos ya vieron estas infinitas posibilidades de color y todos recordamos haber visto como mínimo alguna ilustración del famoso cuadro “Los girasoles.” Usemos los píxeles de nuestras cámaras como los pintores usan los pinceles para recrear esta infinita variedad de colores que nos da la naturaleza.
La lista de especimenes vegetales que podemos encontrar avanzada la primavera en nuestros campos y prados, es infinita. Libros hay dedicados exclusivamente a ello y siempre se quedan cortos. Dicen que como muestra bien vale un botón, humildemente expongo aquí unas pocas flores solo para ver las infinitas posibilidades que pueden ofrecernos. Desde árboles como el granado, cerezos o almendros antes de dar sus frutos ofrecen espectaculares flores, a los pequeños especimenes silvestres que llenan de colores la natura, plantas aromáticas, medicinales, comestibles componen un amplio mundo del que ni siquiera hemos arañado la superficie. No importa la cantidad de ellas que podamos añadir a nuestro archivo, si no lo que nos enriqueceremos cada vez que fotografiemos una y aprendamos a admirar su belleza y sus virtudes.