En la Senda del Tao

Para poder beneficiarse de éstas técnicas milenarias, es necesaria una práctica continuada. Aunque no es preciso invertir mucho tiempo, puede reducirse a 1 hora 2 o 3 veces en semana.

Hay quienes no disponen de tiempo para asistir, de forma asidua, a las clases. En estos casos, es beneficioso el participar en seminarios o talleres intensivos, dónde puede aprenderse la técnica para, posteriormente, continuar practicándola de forma continuada en el hogar, sin necesidad de desplazarse a una centro.

Cierto es que, de tanto en tanto, será conveniente que un instructor pudiera observarnos, con la posibilidad de corregir los pequeños fallos que puedan surgir. La postura correcta es básica en el arte/ciencia del Tai Chi y del Qi Gong. (Más)

Es la aplicación práctica que nos demuestra lo absurdo y desaconsejable de la rigidez, frente a los beneficios físicos, mentales y emocionales  de la flexibilidad.

El ejemplo que suele darse, es la observación del bambú, es tan flexible que, cuando alguien lo dobla puede llegar a tocar el suelo, sin partirse. Sin embargo, si la persona que lo ha intentado agredir no pone atención, cuando lo suelta puede ser duramente golpeado por el propio bambú, pues éste regresa ”tranquilamente” a su posición original. (Más)

El Tai Chi tiene sus  bases en el Taoismo, el eterno juego entre el yin y el yang; lo suave y lo duro; la plenitud y el vacío. Expresado en un cuerpo relajado, en continuo movimiento; y una mente alerta, en concentración meditativa.

La tradición dice “quien practica el Tai Chi todos los días, adquiere la flexibilidad y agilidad de un niño; la fuerza de un leñador y la paz mental de un sabio”.

El tai Chi, en la actualidad, es practicado por millones de personas en todo el mundo, considerándolo una parte integral de su vida diaria y les proporciona  un cuerpo sano y flexible y una mente tranquila. (Más)

Hace años que comparto este arte milenario con personas de edad avanzada y con personas que padecen enfermedades crónicas.

También en esta ocasión, como en las anteriormente descritas, he podido comprobar que, todos los beneficios que dicen tener la práctica continuada del Tai Chi y Qi Gong son reales y demostrables.

Tanto el precalentamiento como los ejercicios, son introducidos con una mayor suavidad, permitiendo que, poco a poco, la persona alcance un nivel de movilidad más que óptimo para su edad o dolencia.

El dar un tiempo preciso a cada ejercicio, y enseñarles a concentrarse en el grupo de músculos y articulaciones que se están utilizando, les ayuda a volver a reconocer su cuerpo y a focalizar la mente.

Todo esto les ayuda a mantener una agilidad física y mental que, sirve de barrera para muchas afecciones, como la pérdida de memoria, padecimiento bastante generalizado entre las personas de mayor edad.

Como en cualquier otro grupo de edad, puede también apreciarse una mejoría en todos los órganos y aparatos del cuerpo (circulación sanguínea, respiración…) (Más)

En mi experiencia como profesor de Kung Fu, he podido comprobar que, a los niños y adolescente, la práctica de este arte, les ayuda no sólo en la mejora de la psicomotricidad y en el desarrollo equilibrado del cuerpo, si no que, también les proporciona una mejora en el descubrimiento de su cuerpo y la ubicación en el espacio (derecha-izquierda). (Más)