En la Senda del Tao

Para poder beneficiarse de éstas técnicas milenarias, es necesaria una práctica continuada. Aunque no es preciso invertir mucho tiempo, puede reducirse a 1 hora 2 o 3 veces en semana.

Hay quienes no disponen de tiempo para asistir, de forma asidua, a las clases. En estos casos, es beneficioso el participar en seminarios o talleres intensivos, dónde puede aprenderse la técnica para, posteriormente, continuar practicándola de forma continuada en el hogar, sin necesidad de desplazarse a una centro.

Cierto es que, de tanto en tanto, será conveniente que un instructor pudiera observarnos, con la posibilidad de corregir los pequeños fallos que puedan surgir. La postura correcta es básica en el arte/ciencia del Tai Chi y del Qi Gong. Si una postura o movimiento incorrecto lo practicamos de forma continuada, además de no permitirnos alcanzar todos los beneficios de la práctica, también se “anquilosa”, se transforma en hábito y es muy difícil de reorientar la postura corporal. Sin olvidar que puede llegar a perjudicarnos, no necesariamente a nivel de lesiones físicas pero, si se produce un estancamiento de la energía y, en consecuencia, una debilitación de la mente y un enturbiamiento de las emociones.

El ritmo de las enseñanzas del Tai Chi y el Chi Kung en los talleres o seminarios intensivos, difiere de los anuales. Se practica con mayor dinamismo y con una gran interrelación entre todos los asistentes, tanto talleristas como instructor.

Las personas que han asistido a estos talleres, me han hecho llegar su agradecimiento y me han comentado lo útiles que les habían sido y lo mucho que les había ayudado, no sólo a nivel de salud física, también les había hecho mejorar el enfoque de sus responsabilidades en los meses siguientes al curso.

                          Josep M. Lleberia  (jlleberi@tinet.org)