Cuando mi abuela dijo que dejaba de hacer los pasteles de navidad, los nietos no dábamos crédito, ¿cómo podía abandonar una tradición de toda la vida y quedarse tan pancha? siempre habiamos comido esos pasteles por navidad. Han pasado ya unos años, mi abuela sigue tan tranquila sin hacer pasteles y las navidades sin ellos no han sido un trauma. Investigando la receta de los pasteles, tampoco es algo que se haya hecho toda la vida, mi bisabuela no lo hacía. Así pues, ¿qué es una tradición?
La mayoria de las tradiciones que conocemos no tienen más de 30 años, pero nos sentimos tan identificados que creemos que son parte de nuestra identidad. Algunos conocen los mecanismos de identificación con las tradiciones, y juegan con eso. Las inventan, las modifican, y en unos años el pueblo las tiene tan interiorizadas que es capaz de matar por ellas. Exagerado? no, en el siglo XX se inventaron algunos paises, y con ellos una bandera, un himno nacional y un puñado de tradiciones. Con estas cosas se fabrica una identidad nacional, como quien se hace un traje. Tampoco hace falta esperar mucho tiempo a que esta fórmula haga efecto, ni siquiera a que la generación más vieja muera, tenemos poca memoria, y encima se pueden insertar falsos recuerdos.
A pequeña escala, vemos cada día como familias andaluzas hablan a los nietos en un chapurreao de catalán, las escuelas se inventan personajes como la castañera, que pasa a compartir trono con reyes y tió, algunos ayuntamientos juegan a poner ball de bastons en pueblos donde jamás se bailó, porque queda bien tener algo de folklore, aunque sea prestado (puestos a importar, podrian poner algo más exótico, como el hula-hula).
Las tradiciones, inventadas o no, las ligamos con nuestro ser más profundo y nuestras emociones. Quien sabe manipular ataca a las emociones, no a la parte racional, porque la parte racional lucha, pero la emocional no. Por eso las buenas campañas de marketing van a la parte emotiva de la persona. Cuando te dicen que algo es un tradición hay que cogerlo con pinzas, y según quien te lo diga, ponerlo en duda.
A todas las madres nuestros hijos nos parecen listos y guapos. Y si no lo son, da lo mismo, seran maravillosos igualmente. Pero hay gente a la que eso no le vale, y tiene como una competición en ser "más". De bebés ya hay gente que se asombra porque su hijo hace algo dos días antes que la media y ve en ello una señal de inteligencia. Vaya chorrada, el niño que anda pronto habla tarde, y cuando tienes 40 nadie te va a preguntar si empezaste a andar pronto o a que meses comiste tu primera papilla. También hay gente que no sabe que los niños no son nenucos, y si se mueven cuando no toca (siempre), ya se dice que son hiperactivos. Impresinonante, un diagnostico que es complejo y solo se puede hacer a partir de los 7 por psicologos, hay madres que los hacen en dos minutos. Malditas etiquetas, que fáciles son de poner. Luego, cuando empieza el cole, empiezan a salir madres que dicen que su hijo es superdotado. Y a mi me da la risa y tengo que poner cara de poker y decir un "ah, vaya, que cosas....". En mi pueblo hay un 25% de superdotados, debe ser el agua o el viento.
Las relaciones entre hombres y mujeres deberian ser lo más fácil del mundo. Algo tipo me gustas y te gusto, pues ya está. Así eran con 20 años, después pasaron a me gustas y me caso, de ahí al me gustas y no te aguanto, y ahora mismo son me gustas y pasas de mi olimpicamente. La cosa se va poniendo cada vez más complicada. Creo que Freud se quedó corto con el complejo de Edipo y el de mujer castrada, aquí hay mucho más. Todos los complejos del mundo, obsesiones y paranoias se concentran en las relaciones entre hombres y mujeres, somos incapaces de disfrutar y de hablar claramente. A mi lo de "soy clara/o hablando" me hace mucha gracia, mis amigas se jactan de que con los hombres son claras, sinceras, no celosas y libres como las mariposas. Luego se cabrean cuando el ligue de turno no les contesta una llamada en media hora, o estan dos horas maquinando qué decir y qué pensará el otro. Por supuesto, con el orgullo por las nubes. Y los hombres que he conocido tampoco se quedan cortos. El orgullo y el ego lo tienen por la luna, se hacen los duros y nada les afecta ni un poco, no parecen personas. Lo bueno es que la fe es lo último que se pierde.
Ultimamente se ha puesto de de moda que grupos de rock hagan conciertos en sitios solemnes y en los que tradicionalmente se hace música clásica, sitios como el Palau de la música o el Liceu. Los grupos de rock han dejado de ser jovenes combativos que van contra las convenciones sociales, artistas al margen del sistema, para pasar a ser músicos cuarentones acomodados. En los conciertos ya no hay cervezas y porros, y la gente se sienta en butacas y es educada. No se si esta nueva costumbre es por la edad de los músicos y el público, o porque quieren regar su ego tocando en sitios importantes. Tampoco me impresiona más oir el arte en el liceo que en un parque. El hábito no hace al monje.
En las pelis antiguas y las telenovelas la mujeres con mal de amores de meten a monja. No me creo que eso se hiciera, es una mania de los guionistas. Como "el cambiazo" de shakespeare, que en sus comedias tiene la mania de hacer cambio de persona en la cama, y encima el otro ni se entera. En la realidad, las mujeres hacen cosas más normales para curar sus males, se vuelven adictas a algo, se van a vivir al gimnasio, se vuelven quinceañeras discotequeras o se meten en la política.
Dicen que si nos sentimos identificados con alguien, nos cae mejor. Por ejemplo, una persona de nuestro mismo equipo de fútbol nos caerá (posiblemente) mejor que una del contrario. A mi esto me funciona muy bien en las entrevistas de trabajo, en cuanto la persona que me entrevista tiene algo en común conmigo, la cosa empieza a ir bien. Puede ser que tenemos una persona conocida en común, que somos del mismo pueblo, que hemos estudiado en la misma ciudad, tenemos la misma formación, etc. Es más, una vez tienes algo en común con el entrevistador, le puedes llevar la contraria o discutirte, que se lo toma bien. En una entrevista en la que el entrevistador conocía a una amiga mía, me hizo una pregunta, y me dijo que no era correcto. Acabamos enzarzados en una discusión, y me dió el trabajo. De esto me he dado cuenta a lo largo de mis cientos de entrevistas, así que ya voy sacando temas; hijos, pueblos, comunidades autónomas....
Cuando tenia 18, tuve una amiga que creía en la magia negra. Yo que soy de ciencias y atea, y solo me encuentro con gente mística, que cree en la magia o en el tarot. Incluso he conocido un chico de la asociación de ateos que se hizo místico y fundó el foro mistérico. Y a otro que su madrasta Africana le dió "algo" para enamorarme, pero según como lo usara yo le odiaria. No se nada de él, obviamente no lo usó bien. A los que son católicos hasta la médula, budistas o se largaron al palmar de troya con el papa clemente, ya ni los cuento.
Total, que mi amiga bruja se dedicaba a hacer "hechizos"de magia negra contra la ex-novia de su novio, maldita mania de chafar a cualquier hembra que pueda acercarse a tu macho. Cogia un limón y lo ponia encima del armario, a esperar si se ponia verde o no. Iba al cementerio la misma semana que había un entierro, a coger tierra para hacer no se que embrujo. También iba a una mujer que se dedicaba a leer la mano por un módico precio, una mujer con 4 hijos a la que el marido la dejó de la noche a la mañana, así que repentinamente aprendió a leer la mano. Un día yo también fui a leerme la mano, por pura curiosidad. La mujer-adivina me dijo un par de cosas que no se cumplieron jamás, y que pasados los 40 iba a enfermar. Aquella predicción me pareció tan lejana.... y sin embargo, ya tengo esa edad. El futuro ya está aquí.
Durante años he ido por el mundo sin un duro, a lo sumo treinta euros. Pagando con tarjeta no hace falta más. Ahora que ya no la tengo, de golpe tengo que acordarme de llevar dinero. Voy al super, solo llevo 40 euros. Quiero comprar unos zapatos, imposible, no llevo tanto. Cojo la autopista, tengo que pasar por el manual, y recordar lo que me costará la vuelta para no gastarlo todo en la gasolina, que voy en reserva... ya me imagino llorando al señor de la barrera, que le prometo que mañana le pago la autopista, se sumaria a la chica de la gasolinera que le tuve que dejar el DNI en depósito, al revisor del tren que le juré que perdí la cartera, y a la carnicera que me tuvo que apuntar porque me dejé el bolso en casa.
La vida sin visa es diferente. De momento, he tenido que aprender a meter la cartilla en un cajero. Tantos años de tarjetas y banca on-line, ya no recordaba en que ranura se mete. Le pregunté a un octogenario, y se pensó que me reia de él.
He descubierto otra cosa que las mujeres dejamos para mañana, a parte de empezar la dieta; usar las bolas chinas. Eso que los hombres se creen que es un juguete para adultos y que las mujeres compramos para otras cosas. Tienen tantos beneficios, que todas las mujeres las necesitamos. Gracias a las bolas chinas, las mujeres se atreven a entrar en un sex shop, es un producto terapeútico, y los sex shop han pasado a ser como farmacias a las que vas a por un remedio para la incontinencia urinaria y fortalecer los músculos del suelo pélvico y de la vagina. En los taper sex, son un recurso para hacer una compra sin tener que llevarte alguna chorradita para chupar (chocolate, gelatina y chuches varias) o un trozo de goma. Casi todas mis amigas tienen bolas chinas en el armario para usar algún día, otras se pasan y las llevan toda la tarde. Yo también tengo que empezar, pero poco a poco, para no coger agujetas.
Me desconciertan los hombres que no muestran sus emociones, que te dicen con el mismo tono que hay que comprar más pan, que hoy llueve o que se han vuelto gays y se van a la luna. Puede parecer exagero, pero la realidad supera la ficción. Supongo que tanto oir lo de los hombres no lloran, se hacen una coraza. Lo malo es que algunas cosas, sin mover un músculo de la cara, no son creibles, y puedes volver loco a tu interlocutor. La comunicación con los hombres se me hace complicada, me vuelven loca a pares.
Mi amigo C. dice que comer los calçots con guantes es como hacerse una paja con guantes. La metáfora es bastante acertada. Sin embargo, conozco gente a la que le da asco ponerse las manos negras, y pijas que no se comen las gambas de la paella por no ensuciarse ni perder la compostura. Puede que el asco de ensuciarse pese más que el goce de disfrutar? pues por lo que se ve si.
Queremos hacer ver que somo higiénicos, hasta el límite ridículo de usar guantes de látex en trabajos en los que hay que lavarse las manos. Los cocineros de la tele los usan, el carnicero y el charcutero. A veces, la higiene se queda en pura imagen, como ya se llevan los guantes, se descuida la higiene, las manos se lavan menos y los mismos guantes se reutilizan una y otra vez. Se han hecho pruebas con trabajadores que llevan guantes y que no los llevan, y al final los sin guantes se lavan más y es más higiénico.
Otro tema es la creciente alergia al látex. Las personas alérgicas al látex no pueden comer ningún alimento que haya tocado un guante de látex. Además, hay alergias cruzadas entre el látex y las frutas y el marisco. Por tanto, la gente con una alérgia a algunas frutas o al marisco, si tiene una exposición continua al látex puede acabar desarrollando alergia a éste. Demasiado riesgo por querer parecer higiénico y aséptico.
Dicen que las neurosis, esa pequeñas locuras que todos tenemos, son territorio conocido, y que a los humanos nos gusta lo conocido. Por eso detectamos a las personas que tienen las mismas neuras que nosotros y nos enamoramos. Es una teoria del amor bastante autodestructiva, pero algo hay.
Encontrar gente interesante es díficil, puedes estar acompañada en la terraza de un bar con un perro, y te lo pasarás bien porque lo acaricias y él te mueve la cola y te da la pata. También puedes estar con una persona comentando el tiempo. La mayoria de las personas te explicarán lo que han hecho hoy, otras te interrogan y otras monologan sobre lo mucho que trabajan y lo dura que es su vida. Muy pocas personas se abren de verdad, y con algunas menos aprendes cosas. Da pena que la mayoria de la gente sea tan aburrida, pero por lo menos tengo la suerte de tener alguna persona de las últimas categorias, que son verdaderos tesoros, como Mario.
Mario es una fuente de sabiduría, a veces me pasa enlaces de cualquier cosa que le preguntes, en dos minutos te saca un estudio que hizó un americano. Se sabe hasta el prospecto original del minoxidil, que resulta que en España se les olvidó decir que solo hace efecto en la coronilla, esas cosas que se traducen mal, como los libros del dr. Sears, que en la versión española han suprimido algunas páginas donde hace mención a los lignanos de sésamo. Hace dos meses su mujer le pegó la patada, y ha pasado este tiempo metido en casa como un caracol. Ahora que viene el sol, solo espero que se anime un poco a salir, a explicarme cosas sobre el minoxidil, el omega 3 y el natto.
Cuántos tarotistas conoces? Hasta hace no mucho yo sólo una persona. Pero hace unos meses fui a una conferencia, y me dejé el paraguas. Tuve que volver, el paraguas desaparecido, pero gracias a esto conocí a mi amigo D. Resulta que D. sabe tarot, y alguna vez he ido a su casa a tomar un te rojo con vainilla. A través de D. he conocido a I. una mujer de mi edad, con un hijo, que se dedica a dar clases de tarot como única via de sustento. A mi que siempre me ha parecido una chorrada, el destino no hace más que ponerme en el camino gente que se mueve en el tarot, es increible.
Yo, que soy muy respetuosa, oigo y hago preguntas, sin revelar mi opinión sobre los charlatanes de cartas. Mis amigos tarotistas tienen aspecto normal, no van llenos de amuletos y colgarajos. Tampoco leen el futuro, porque eso no se puede hacer, y además predispones a la persona. Simplemente te ayudan a aclararte un poco el presente. Ayer D. dijo una cosa muy interesante, y es que como tarotista no puedes hacer proyecciones a la otra persona, es decir, dejarte llevar por tus prejuicios, porque se los estas pasando. Fuera juicios de valor, prejuicios y moral. Me recordó al efecto pigmalión, lo que en psicología se llama profecia autocumplida. Simplemente es que si alguien te dice que eres maravillosa, acabas actuando como si lo fueras. Si te dicen que no lograrás algo, no lo logras. Por eso es importante rodearte de gente positiva. Se han hecho experimentos con profesores que dicen a los alumnos que van a aprobar y otros que no dan ánimos a los alumnos, a final de curso los alumnos sacan mejores notas con los profesores que los animan.
Ahora resulta que el tarot va a ser un compendio de ejercicios de motivación y psicología. Estoy por quedar con D. para que me lea las cartas.
El otro día, en el blog de adaldrida (doctora filologa y poetisa que escribe sobre maquillaje), una filósofa hizo unas reflexiones sobre el ser y el parecer, a partir del maquillaje. Me pareció interesante, sobretodo por mezclar cosas serias con otras más superficiales. Las mujeres llevamos tapa-ojeras, sujetadores wonderbra, fajas moldeadoras de la barriga y mil inventos más, para aparentar como no somos. Josefina hacía la reflexión de si lo importante es como somos o como lucimos. Desde luego, como parecemos. Los sentidos son las ventanas al mundo, pero son engañosos, hay sonidos que no oimos, y el 87% del universo es de una materia que no vemos. Así que por engañar un poco más a la vista no pasa nada. Por otra parte las apariencias engañan, pues que más da engañar un poco más.
Es como mi amiga S., se alimenta de gominolas y cacaolat, pasa el día en el facebook o durmiendo. De vez en cuando le dan unos ataques de ansiedad en los que pierde tres kilos en dos días, y si no es con varios trankimazines no duerme más de tres horas. Cuando sale a la calle se tapa las ojeras con corrector, y todo el mundo le dice lo que se cuida, que debe estar delgada por ir al gimnasio y comer sano. Yo le pego la bronca, pero si dijera la verdad, nadie lo creeria. Confiamos demasiado en lo que vemos.