Escrito por efp | 8 Nov, 2010
Estos días me estoy dando cuenta de que la costumbre de fumar está muy
relacionada con situaciones y lugares que ahora, poco a poco, tengo que
ir superando. Me explicaré mejor, antes me fumaba un cigarrillo con el
primer café de la mañana, una vez consigo superar la necesidad de ese
cigarro, el control que tengo sobre ese cigarrillo/situación es mucho
mayor. Ahora poco a poco tengo que ir superando la multitud de
situaciones que a lo largo de la vida he ido relacionando con el tabaco.
Antes fumaba dentro del coche, y claro, cada vez que subía al coche me
encendía uno, al salir de un centro comercial, después de comer, de
cenar, al terminar algo, al hacer una pausa, con una cerveza, cuando
estaba nervioso, cuando estaba relajado… en definitiva siempre hay un
momento para un cigarrillo, así que ahora lo que me toca es ir
eliminando esos momentos de mi cabeza (físicamente ya no fumo) para
olvidar en lo máximo posible el tabaco.
Es curioso observar como el tabaco se va introduciendo dentro de la vida
de los fumadores, lo hace muy lentamente, prácticamente ni te das
cuenta, siempre piensas que no estás enganchado, hasta que al final,
cuando decides dejarlo te das cuenta de que llevas diez, quince o veinte
años fumando. En este punto, dejarlo es más complicado de lo que
parecía, tu cabeza necesita, además de la nicotina, superar todos estos
momentos en los que siempre te acompañó un cigarrillo, ya forma parte de
tu vida.
Ahora que llevo diez días sin fumar resulta casi cómico ver que tampoco
es tan difícil dejar de fumar, la tragedia insuperable que parecía
avecinarse cuando decidí dejar el tabaco, de momento no aparece, por
ahora tengo una gran satisfacción y me siento orgulloso de estar en este
punto.
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