La indumentaria.

14 Diciembre, 2007 10:45
Escrito por jmdf, General

  por Josep Maria Dalmau   jmdf@menta.net   www.fondoimagenes.com

 

Una vez tenemos el equipo preparado y hemos escogido el itinerario de lo que será nuestra primera salida como fotógrafos de la naturaleza, sólo nos queda un pequeño tema por comentar:  la indumentaria.

Muy bien podrían decir que cada cual se viste como quiere y tendrían más razón que un santo, pero me atrevo  a sugerirles unos breves comentarios, que son fruto de mi experiencia a lo largo de muchos años en contacto con la natura.

 

Si ha decidido que su primera salida sea un hermoso parque público lleno de árboles, senderos y carteles prohibiendo dejar sueltas a nuestras mascotas, compañeras leales e indispensables de nuestros recorridos, puede usted vestirse un elegante chándal de marca ( los hay realmente vistosos), unas zapatillas súper cómodas con cámara de aire que parecen andar solas y una mochilita muy bonita de éstas que parecen de niñas, en las que caben perfectamente un cepillo y una bebida tonificante.

El efecto, será realmente hermoso, pero es para otro tipo de fotógrafos más sofisticados, no me veréis en estos sitios.

Si para nuestra primera salida hemos escogido los márgenes de un río, bosque o una divina alameda, lo más idóneo sería que vistiera usted con una ropa vieja y muy cómoda. Los pantalones de pana dan un resultado excelente frente a las plantas espinosas, entre las que normalmente nos tendremos que arrastrar. "Aunque en los documentales del canal Natura siempre salgan con pantalones cortos, son altamente desaconsejable. Incluso cuando el calor aprieta, es mejor algo de bochorno que dejarnos las piernas ensangrentadas con los espinos."

 

 Igual digo con respecto a la camisa. Una camisa de manga corta queda de lo más bonita y resulta muy cómoda, especialmente en verano. Lástima que el verano sea la estación en la que los mosquitos más se ceban en nosotros. Cuanto más tapados vayamos, menos sitio les dejaremos para picar.

 

Y respecto al calzado, podemos observar que en todos los documentales llevan unas hermosas botas de media caña que da gusto verlas. Cómodas sí son. Resultan ideales para largas caminatas, pero si nuestro recorrido es de siete u ocho kilómetros, a un paso realmente lento, como requiere una minuciosa observación del paisaje, que tardaremos en recorrer dos o tres horas, el consejo del experto dice que se agencie usted unas hermosas alpargatas de esparto. Pues sí,  ahora que usted lo dice, nos pareceremos a nuestros abuelos cuando iban a regar al campo. Si una cosa está bien, ¿ para qué cambiarla?. Con unas alpargatas de esparto podrá ponerse sin pudor alguno dentro de todas las charcas que encuentre, arremangarse los pantalones y vadear riachuelos. Sus zapatillas estarán secas a la media hora.

 

Resumiendo, el vestuario del perfecto fotógrafo de la naturaleza es:  una ropa vieja, cómoda, amplia y que cuanto más cubra mejor. Evite usted los colores llamativos si no quiere conseguir que aves e insectos salgan volando, “nunca mejor dicho”,  al verlo de lejos vestido con colores estridentes. Lo ideal, es un verde o marrón oscuro que se confunda al máximo con las hierbas. Termine el tocado con una gorra de visera que lo protegerá del sol.

¡Ah¡ y una última recomendación, prescinda literalmente de toda colonia o desodorante. Las aves e insectos podrían olerlo a muchos metros de distancia y lo que nos interesa es pasar desapercibidos. Observará que lobos y perros cuando van a cazar, se revuelcan en excrementos para así disimular su olor.  No llevaremos nuestra misión al extremo de embadurnarnos con semejantes materias fecales,  “que eficaces sí son, un magnifico repelente para los dípteros”,  pero prescindamos de todo olor que no sea el de nuestro propio sudor. Cuanto más sudemos, más nos identificaremos con el medio ambiente y menos nos picaran los mosquitos.

Estas normas, pueden parecer excesivas a muchas personas altamente sofisticadas, pero no podemos olvidar que fotografiando insectos nos tendremos que acercar a unos centímetros de nuestros pequeños amigos alados y deberemos ganarnos su confianza.

En próximos capítulos trataremos extensamente esta cuestión.

 

Si ha decidido usted que su equipo fotográfico esté compuesto de una cámara reflex con un par de lentes, será aconsejable una amplia mochila para trasportarlo.

En ella deben caber la cámara, los objetivos y también unas galletas y un poco de agua por si la excursión se alarga más de lo previsto. En verano especialmente, no debemos salir nunca sin agua, ya que correremos el riego de deshidratarnos si nuestras fuentes naturales se han secado.

Si por el contrario cree usted que con una cámara compacta tiene suficiente para sus primeras exploraciones, mucho más cómodo será un amplio zurrón para poner nuestras cosas.

Un bastón telescópico, “de estos que después se pliegan”, puede ayudarnos mucho en las largas caminatas y  también será una valiosa ayuda para apartar matorrales y ahuyentar alguna pequeña serpiente que podamos encontrarnos tomando el sol en medio del camino durante el verano.

 

Vestidos, calzados y con el equipo al hombro, empezaremos a recorrer nuestra ruta como fotógrafos ávidos de paisaje, disparando a todo aquello que pueda parecer interesante.

Las tarjetas de memoria son baratas y pueden sernos muy útiles, ya que debemos tener en cuenta que, de cada diez fotos que disparemos, sólo una superará después nuestro riguroso examen y pasará a engrosar nuestro valioso archivo fotográfico.

 

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