Fringílidos, pájaros cantores.

20 Mayo, 2008 11:56
Escrito por jmdf, General

 

 Josep Maria Dalmau     jmdf@fondoimagenes.com   www.fondoimagenes.com

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Son los jilgueros, verdecillos, verderones y pardillos. Los más hermosos pájaros  que se encargan de poner sonidos mágicos en la naturaleza, su canto es sin duda uno de los más bellos; tal vez por esto, a muchos de ellos les cuesta la libertad. Dios puso las aves en el jardín para que volaran sobre la tierra, en el espacio abierto, por esto les dio alas y la facultad de volar. El  hombre, animal anclado a tierra tuvo envidia de estos bellos alados y siempre ha querido apresarlos. Puede esperarse mayor mezquindad que la de privar de libertad, confinar en tan reducido espacio a estos pequeños seres solo para oír su bello canto que ya nunca mas será alegre. La captura masiva de los pequeños pájaros cantores para su comercialización, mas la reducción de espacios verdes hace que estos al igual que tantas especies disminuyan su número de forma alarmante. La naturaleza, no tiene dueño. ¿Por qué privamos de libertad a sus habitantes?

 

 

¿Por qué cantan los pájaros cantores?

 

 

Cantan para delimitar su territorio, para atraer a las hembras o también para dar la señal de alarma ante un intruso que puede ser peligroso. Todos los machos cantan, pero solo los fringílidos poseen la facultad de componer estas elaboradas y armoniosas notas. Por el canto podemos distinguir los machos de las hembras como si de canciones de amor se tratara, los cantos territoriales claros y nítidos cubren grandes distancias; que hermosas arias componen. Cantan al amanecer, menos durante el día, al atardecer vuelven a vibrar sus notas. Para oír estos inimitables conciertos, al caer la tarde solo tenemos que buscar sus abrevaderos donde se reúnen para beber y asearse antes de retirarse a pasar la noche en sus lugares de descanso.

 

 

Los fringílidos miden de 12 a 15 centímetros, tienen vivos colores, mas vivo en los machos y mas tenue en las hembras. De forma aerodinámica están preparados para largos vuelos con sus fuertes y estilizadas alas. Saltan con gran agilidad entre los arbustos y matas de hierba buscando semillas con las que alimentarse aunque también comen pequeños insectos. Muy apreciados por los agricultores, comen las semillas de las malas hierbas y pequeños insectos dañinos para el campo.

 

 

Jilguero. Inconfundible por su cara roja y franjas amarillas en las alas, una banda blanca y negra en el cuello y parte posterior de la cara. Habita en los lindes de los bosques y campos con matorrales y arbolados. También pueden encontrarse en parques y jardines. Por su vistoso plumaje y su muy bello canto, es uno de los más perseguidos. Suelen capturarlos con redes de forma indiscriminada por lo que muchos de ellos mueren durante la captura o posteriormente por no acostumbrarse a la cautividad.

 

 

Verdecillos. Fáciles de distinguir por el color amarillo de su pecho y cabeza, también por su peculiar canto compuesto de una gran variedad de notas en un rápido ritmo. Su alimentación es únicamente vegetal, compuesto de pequeñas semillas. Viven en comunidades en todos los sitios, igual cerca de los bosques como de las ciudades. Bárbaramente capturados al igual que sus primos debemos concienciarnos que los pájaros están hechos para vivir en libertad.

 

 

Verderones. Un poco más grandes y corpulento que los verdecillos, viste un color verde amarillento con rayas amarillo pálido en los bordes de las alas y la cola. Exclusivamente granívoro puede deleitarnos largos ratos con sus melodías. No es raro ver juntos verdecillos, verderones y jilgueros sobre todo al atardecer. Vive en casi todas partes, campos frutales, parques y jardines,  también cerca de las poblaciones.

 

 

Los fringílidos son avecillas que pueden parecer muy abundantes, pero lo cierto es que su número esta empezando a mermar. Es muy habitual ver en una casa  pajarillos en una jaula, también hay muchos comercios dedicados a traficar con estos hermosos pájaros. Pero cierto es que la vida enjaulados no esta hecha para nadie. Si no la queremos para nosotros, tampoco debemos desearla para las aves. Son libres y están hechos para volar, para deleitarnos en nuestras caminatas por el campo, mientras descansamos sentados en un parque. En el momento que seamos capaces de convencer que tener aves enjauladas es una práctica cruel, su comercio y captura disminuirá. Como podemos conservar la naturaleza si no somos capaces de respetar a sus habitantes. ¿Queremos un mundo de concreto contaminado y enjaulado o quieres disfrutar de la naturaleza en su estado natural como estas fotografías que os muestro?

 ¿Y tu, ya sabes de que lado estas?

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