Manresa es la capital de la comarca del Bages. Se encuentra a 67 km de la ciudad de Barcelona, en el corazón de Cataluña, marcando límite entre un entorno industrial al sur, y rural al norte. Es una ciudad con un interesante conjunto medieval, con sus puentes sobre el río Cardener y su iglesia de estilo gótico, La Seu. Además también podemos encontrar iglesias de estilo barroco así como interesantes edificaciones modernistas.
Está ubicada justo en el ángulo en el que a 5 km, confluyen los ríos Llobregat y Cardener. Dentro del término de Manresa existe indicios de población neolítica de cuatro mil años atrás. Unas cuantas fosas sepulcrales, objetos de cerámica e industrias líticas en la zona del bosque de las Marcetes.
También se asentó un poblado ibérico en el cerro del Puig Cardener. Recientemente se han recuperado diversos materiales, especialmente cerámicas, que permiten identificar la existencia de un poblado ibérico hacia el siglo VI a. C. que se mantendría hasta finales del siglo I a. C. Era, posiblemente, la capital de los lacetanos que habitaban las comarcas actuales de Bages, Solsonés, Anoia y Segarra.
La presencia de los árabes fue, prácticamente, testimonial. En 785 la abandonaron y quedó en tierras de nadie. Unos años más tarde, en 796, los cristianos la ocuparon y Manresa entró a formar parte de la Marca Hispánica. Pero de nuevo fue destruida en 827, durante la revuelta de Aissó, un noble godo que, ayudado por Guillemó hijo del conde Bera de Barcelona, empezó una guerra contra los francos con el apoyo de los árabes (incluso con la del emir Abderramán II). La resistencia del conde franco de Barcelona, Bernardo de Septimania, la hizo fracasar. La importancia de este episodio es muy relevante, ya que fue el único intento de oposición del pueblo indígena godo contra el nuevo dominio franco. En 841 ó 842, los árabes volvieron a destruir Manresa