La pandemia producida por el COVID-19 ha cambiado en gran medida la forma de interactuar de las personas. Por tanto, se deben establecer protocolos de bioseguridad que llevan a evitar o reducir las posibilidades de contagio.
Una de las zonas donde es más difícil lograr que las medidas sean efectivas son las instalaciones comunitarias, ya que confluyen personas de distintos entornos. Muchas de estas se han cerrado al público, pero otras siguen funcionando y es necesario reducir los riesgos en la salud.
Recomendaciones para enfrentar al COVID en instalaciones comunitarias
A fin de garantizar la bioseguridad de los trabajadores y visitantes, es necesario seguir algunas recomendaciones que ayuden a disminuir las posibilidades de contagios. Entre las más importantes destacan:
1. Diseñar un plan de bioseguridad
Lo primero que debe hacerse es hacer un protocolo para que todas las personas que hacen vida en las instalaciones, conozcan las medidas a seguir. En este sentido, es importante tomar en cuenta las recomendaciones de los entes de salud para implementar los pasos que mejor se ajustan al lugar.
Una vez diseñado y aprobado el plan, es importante darle difusión en zonas públicas a fin de que todos conozcan las medidas a seguir. Lo más conveniente es elaborar carteleras informativas y carteles en las diferentes áreas de las instalaciones.
2. Mantenimiento del distanciamiento social
Una de las primeras medidas es garantizar que se mantenga la distancia social recomendada para reducir los riesgos de contagio. En este sentido, se pueden utilizar señalizaciones en zonas donde se deba hacer fila o los accesos públicos.
3. Uso de tecnologías sin contacto
También es conveniente utilizar distintos elementos tecnológicos que faciliten mantener el aislamiento y eliminen el contacto con superficies que puedan ser fuente de contagio. Por ejemplo, tal como nos indica el DiarioDeValladolid, en los baños públicos se pueden utilizar tecnologías sin contacto en distintos dispositivos.
4. Higiene adecuada
Es necesario tener estaciones de higienización a la cual tengan acceso los trabajadores y el público en general. En el caso de los empleados, se deben implementar protocolos en los que se indique la necesidad de lavarse las manos o usar geles hidroalcohólicos con regularidad.
Igualmente, es imprescindible el uso de las mascarillas en los espacios comunes y su cambio regular para que no pierdan su eficacia. En el caso de los trabajadores, estos materiales se deben suministrar con regularidad.
5. Desinfección diaria de los espacios
Un aspecto imprescindible es la limpieza profunda de todas las áreas luego de finalizadas las actividades. En el caso de superficies de contacto frecuente como barandas, encimeras o manijas de las puertas se deben utilizar productos de desinfección con comprobada efectividad para eliminar el COVID-19.
Los productos de limpieza se deben almacenar de forma segura y con el etiquetado adecuado a fin de evitar errores en su uso. Por otra parte, los trabajadores deben utilizar guantes durante las labores de limpieza, los cuales deben eliminar luego de su uso.
6. Garantizar la ventilación
Cuando las instalaciones comunitarias tienen espacios cerrados, es de gran importancia facilitar su ventilación varias veces al día. Se debe mejorar la circulación del aire abriendo puertas y ventanas en los lugares donde esto sea posible.
Por otra parte, los sistemas de ventilación se deben chequear con regularidad para garantizar su buen funcionamiento y la limpieza de los filtros. Cuando sea posible, conviene la instalación de sistemas de purificación del aire.
7. Limitar el aforo de personas en lugares cerrados
En caso de contar con salas para actividades especiales en estas instalaciones, no se debe permitir la presencia de un gran número de personas. El aforo estará determinado por el tamaño del espacio así como sus sistemas de ventilación.
Por ejemplo, el uso de ascensores se debería limitar a una sola persona o grupo de personas convivientes por lo reducido del espacio. En estos sitios cerrados es necesario llevar en todo momento la mascarilla, a fin de reducir los riesgos.
8. Establecer barreras físicas
Otra buena medida a fin de garantizar la salud de las personas, es colocar barreras que diseñen la movilización. Por ejemplo, establecer vías de sentido único a fin de evitar que las personas circulen en sentido contrario con mayor riesgo de contacto.
Igualmente, se pueden establecer límites divisores o protectores cerca de ventanillas de atención al público o áreas de recepción. También las barreras son útiles para controlar el acceso a áreas cerradas, que requieren un estricto control del aforo.