Francia asegura el relevo generacional.
Ayer salió la noticia de que en el país vecino se ha situado a la cabeza de la natalidad europea. Desde luego se nota la diferencia a la hora de realizar política, desde una forma más práctica y buscando, si no el bien del pueblo, sí el bien del país.
Se trata del resultado de una política aplicada durante los últimos 10 años, donde se ha ayudado a las familias conforme a sus necesidades y número de hijos.
Efectivamente, aunque parezca evidente, no es lo mismo tener un hijo, que dos si los dos componentes de la pareja trabajan. Y si elevamos el número a tres, creo que es casí imposible llevarlos arriba a no ser que uno de ellos deje de trabajar.
No olvidemos que nuestros hijos son los que deben mantener el país los próximos años, con lo cual cualquier política de apoyo a la familia repercute directamente en la salud del mismo en el futuro.
Aprendamos pues una vez más de Europa, y hagamos algo bien, que repercutirá en el bien de todos y dejémonos de problemas virtuales.
Claro, que a lo mejor, ELLOS NO LO SUFREN.
