El origen de las tragaperras y sus símbolos

En primer lugar, empezaremos por conocer el origen de las máquinas tragaperras en sí. Estas máquinas empezaron a aparecer en el Viejo Oeste, hacia el final del siglo XIX. Con su aparición, aunque no fuera un contexto idílico ni mucho menos, puesto que los Estados Unidos era algo muy reciente y nuevo y eso conllevó guerras, aparecieron otros muchos juegos con los que los antiguos habitantes solían entretenerse y distraerse. Fue por aquel entonces cuando se abrieron establecimientos donde se vendían bebidas alcohólicas como puede ser la cerveza, y donde, a su vez, se jugaba a este tipo de juegos. Entre los juegos más famosos del momento, y que siguen siéndolo a día de hoy, encontramos las tragaperras, o juegos de cartas como el póker.

El póker se comenzó a expandir por el área del río Mississippi, este parecía ser el entretenimiento preferido de aquella civilización, sobretodo para los marineros y gente que pasaba mucho tiempo fuera de casa. No obstante, fue con la Guerra Civil cuando el póker ganó toda su popularidad, ya que fueron surgiendo variedades del póker y cada vez más gente se animaba a jugar. Fue entonces, cuando se idearon las máquinas tragaperras, un juego de modo mecánico en el que, aunque fuera de forma solitaria, podrías continuar jugando tú solo. Eso acentuó el porcentaje de gente que jugaba, ya que podías hacerlo sin necesidad de estar acompañado de más personas.

Fue aquí donde comenzaron las apuestas, con pequeñas cantidades, pero los jugadores sentían que eso era un aliciente. Entonces, aparecieron los colores en el juego, el rojo o negro en la ruleta. De igual modo, comenzaron, poco a poco, a aparecer los premios para los ganadores. Los primeros premios no eran ni más ni menos que pequeños detalles o regalos por parte de los establecimientos hacia los clientes ganadores. Es decir, simplemente les regalaban consumiciones o paquetes de tabaco.

Poco después, un par de empresarios tuvieron la idea de cambiar esas viejas máquinas mecánicas por rodillos con imágenes que contenía la baraja de póker. Esta baraja constaba de 52 cartas en total, de las cuales ellos decidieron eliminar el 10 de picas y la J de corazones, concretamente. Así, las posibilidades de ganar por haber conseguido una escalera, se reducían potencialmente. Aún así los premios seguían dependiendo de la combinación de las cartas y el valor total que tuviese. Sin embargo, no olvidemos que los premios continuaban siendo cajetillas de cigarrillos, bebidas, o cualquier cosa que el propio establecimiento te pudiera ofrecer.

Los símbolos más significativos de las máquinas tragaperras

Fue a finales de la década de 1880 cuando se fabricó la primera máquina tragaperras de la historia, en San Francisco. Su sistema mecánico de engranajes permitía que los tres carretes giraran durante el juego. Este movimiento empezaba cuando el jugador tiraba de una palanca que solía haber al lado derecho de dicha máquina.

Entonces, como portada de las máquinas se pusieron los siguientes símbolos: los corazones, las espadas, los diamantes, las campanas y las herraduras, convirtiéndose así en símbolos míticos de este juego. Aún así, aún queda historia por contar, y es que estos símbolos fueron escogidos debido a la facilidad para reconocerlos, ya que los jugadores podrían saber al instante si sus símbolos coincidían o no.

Un poco más adelante en el tiempo, se inventó la primera máquina tragaperras hecha con símbolos de póker, un ligero cambio, en el mismo mecanismo de juego. Esto atrajo a más jugadores que eran afines al póker, por lo que la popularidad de las máquinas tragaperras siguió ascendiendo. Finalmente, veremos como los símbolos de frutas forman parte de este terreno también, y seguramente los hayamos podido ver incluso en la actualidad.

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