Albinyana |
Corto paseo por las colinas calcáreas que cierran Albinyana que permite visitar la cueva de Vallmajor, declarada patrimonio mundial por la UNESCO en diciembre de 1998 debido al importante conjunto de pinturas rupestres que en ella se encuentran. La cueva, que acogía hasta hace poco una de las principales colonias de murciélagos de toda Cataluña, estuvo habitada desde la Edad del Bronce. Cabe mencionar que, debido a ser una cavidad muy conocida y visitada, las pinturas han sufrido una serie de acciones antrópicas negativas, como por ejemplo la existencia de grafiti muy cerca de algunas de ellas. Esto, junto con el deterioro del entorno, hace aconsejable que los usuarios se informen previamente de ello.
Sant Antoni de Pàdua |
La ruta coge el Carrer Bonastre al N hasta la iglesia, donde se gira a la izquierda, hacia el SO, por la calle que sube pronunciadamente a la ermita de Sant Antoni de Pàdua siguiendo las señales del GR 92 y atajando en los últimos metros. Se pasa la ermita y se desciende por el otro lado, también en dirección SO, hasta encontrar un gasoducto enterrado y una pista que conduce a la masía de Escansa.
Masia d’Escansa |
Se puede ver la cueva de Vallmajor sobre la colina de enfrente, al S, al otro lado del fondo de la cueva de Vallmajor.
La cueva tiene un pórtico de entrada de unos 3 m de altura por 5 de ancho que da inicio a las galerías de la cavidad que se adentran en la montaña con una fuerte inclinación. Desde una de estas galerías se accede a una sala de 9 por 2,50 m en la cual se localiza el conjunto de pinturas rupestres que ocupa la pared Oeste / Nord Oeste.
Cova de Vallmajor |
Las representaciones, con un estilo muy esquemático, representan animales y signos. Se individualizan 17 figuras correspondientes a cuadrúpedos (ciervos y posibles caballos), arcos, una cruz inscrita en un círculo, trazos y restos de pigmento. Las pinturas estaban cubiertas por depósitos de la Edad del Bronce. Además de las pinturas, en la cueva también se han hallado restos de cerámica, sílex, hueso y metales que aparecieron en desorden.
Cal Llogari |
Església parroquial de Sant Bartomeu – Edificio construido en el siglo XVIII (tiene grabadas las fechas de 1723 y 1769) fruto de la ampliación de un templo románico documentado desde el 1040, que se correspondería con la capilla del antiguo castillo de Albinyana. De esta antigua iglesia se conservan vestigios en la fachada del ábside semicircular. El campanario fue alzado también durante el siglo XVIII. En 1856 se le añadió un cuerpo superior, sobre cuya cúpula se puso una veleta en forma de ángel, similar al de otros campanarios de la comarca, sustituido por uno nuevo en 1992.
Cal Pau Magí |
Sant Antoni de Pàdua – La existencia de la ermita está documentada desde el siglo XVIII, pero documentos anteriores mencionan una “torre derribada” que debería formar parte de la estructura defensiva del antiguo castillo y que fue aprovechada como campanario en construir la capilla. Está construida directamente sobre la roca, tiene planta oval y es coronada con una espadaña. La capilla tiene una sola nave cubierta con bóveda de cañón y acabada con un ábside recto. Hay adosada la casa donde vivían los ermitaños, el primero de los cuales está documentado desde 1739.
Cal Groc |
El lugar, con las escasas ruinas del antiguo castell de l’Esquernosa, tiene un gran encanto paisajístico, con unas magníficas vistas que abarcan una buena parte de la comarca. Actualmente se puede acceder en coche sin dificultad.
Cal Llogari – Gran edificio de planta, piso y buhardilla que, a pesar de las modificaciones que ha sufrido con el paso de los años, conserva buena parte de la estructura antigua. Tiene portal de medio punto y balcones con encuadre de piedra.
Lavadero publico |
Cal Pau Magí – Edificio del siglo XVII (en el dintel de una puerta interior está grabada la fecha de 1637) que originariamente formaba una unidad con la casa vecina. Las reformas realizadas durante el siglo XX han modificado bastante el aspecto de la fachada que, sin embargo, conserva el magnífico portal adintelado s’arc carpanel. La fachada posterior, en cambio, mantiene su aspecto original, con ventanas enmarcadas con piedra. Antiguamente era conocida como la Casa Gran y residía el administrador local del monasterio de Sant Cugat, que poseía los derechos señoriales del término, y era donde se almacenaba el diezmo, la parte de la cosecha destinada al monasterio.
Barraca de piedra seca |
Cal Groc – Conocida también como ca l’Esquerrà o ca l’Escombrer. El renombre de Groc está documentado desde el 1707, cuando la casa era propiedad de la familia Manyer. El casal, de grandes dimensiones, hace esquina entre las calles Major y de l’Església, desde donde ofrece un perfil que recuerda la proa de un barco. Bien restaurado, conserva el portal adintelado y dos grandes ventanas con dintel, jambas y antepecho de piedra. En medio hay un reloj de sol. En el extremo está la buhardilla, abiertas con arcos de medio punto. En esta casa residió el escritor Joan Perucho.
Seguid el plano y disfrutad del paseo, aproximadamente 9 km la vuelta.