El entorno de Tona sorprende por la diversidad de paisajes que se pueden contemplar. El paisaje es típicamente agrícola, pero se encuentra fragmentado por las pequeñas islas que forman los turons de la Plana ausetana protegidos por el PEIN. Estas colinas, denominadas “turons testigo”, son testimonio relicto de la historia geológica y del paisaje vegetal primitivo de la Plana de Vic y en el municipio de Tona hay unos cuantos como el turó del Castell o el turó de Puigbonic. Entre las colinas más emboscados está la comunidad de robledal de roble pubescente bien conservado, sobre todo en sus laderas sombrías. En las partes culminantes y otras vertientes crece una vegetación más pobre, con comunidades de prados, matorrales y brezales.
Los cerros (turons) actúan de refugio y de corredor biológico para la fauna entre las zonas naturales del Montseny, los riscos de Bertí, el Moianès y el Lluçanès. La fauna está representada por un elevado número de mamíferos (zorros, jabalíes, ginetas, tejones …) y micromamíferos (ratón de bosque, topos, musarañas, murciélagos …). Entre las aves hay que destacar la presencia de algún rapaz diurno y nocturno y también de muchas especies de pájaros. En los pequeños cursos de agua también hay anfibios (ranas, sapos, salamandras …), reptiles y también una gran diversidad de invertebrados.
Los materiales de esta zona son mayoritariamente de la época terciaria. Las “margues de Vic” son los materiales más abundantes. Por encima de estas margas hay areniscas o lutitas (estos últimos son depósitos continentales de la época cuaternaria). La zona presenta un relieve tabular, excavado por los ríos de la zona, a las margas blandas del terciario. La naturaleza de los materiales que constituyen estas colinas hacen que éstos sean fácilmente erosionables, dando lugar a los típicos “Badlands“. Cada colina, por sí mismo, es un elemento geológico de interés. Los cerros son reliquias de la historia geológica de la zona. También son importantes los fósiles. Hay que destacar como elementos de especial interés unas masas redondeadas denominadas “bolas”. Son antiguas colonias de esponjas fósiles, con ejemplares únicos en Cataluña.
La zona por donde pasamos muestra diferentes valores naturales de Tona. Comienza en la Plaza de la Iglesia, aprovechando un tramo del PR. C-43 (Sendero de Tona), donde hay un primer panel informativo y los indicadores.
EL SONIDO DEL AGUA
Empezaremos el recorrido siguiendo, de salida, el PR-C 43 en dirección a Múnter (Muntanyola) partiendo de la plaza de la Iglesia y aprovechando un tramo del PR C-43 (siguiendo los indicadores blancos y amarillos del PR y blancos y verdes del itinerario). Primero pasaremos por una zona urbana, hasta que encontramos una indicadores para ir a la zona del castillo, pasando por la ermita de Lourdes.
EL SONIDO DE LOS PAJAROS
Desde la ermita de Lourdes podemos desviarnos hasta arriba del Castillo donde encontraremos la iglesia de Sant Andreu del Castillo, podremos ver una vista general del pueblo, de los cerros y de la plana y la torre de vigilancia. Una vez volvemos al itinerario iremos dirección Puigbonic tomando un paseo de plátanos que desciende, pero muy pronto iremos a la izquierda para tomar un sendero estrecho. Este llevará a otro camino más grande, que seguiremos hacia la derecha. Poco después un desvío a la derecha nos conducirá hacia la colina de Puigbonic, donde se puede disfrutar de una maravillosa vista panorámica del cerro del castillo. Si volvemos atrás para coger de nuevo el itinerario, este nos conducirá hasta el Molino de El Vendrell. El camino a un lado y otro esta adornado con prados y vacas. Desde el Molino de El Vendrell podremos llegar al Pla de las Mentides, donde podremos pasear por un robledal. Seguimos el camino hasta llegar a Vilamajor donde hay caballos y pasando antes por Can Xic de la Font y El Prat de la Barroca, en todo momento estamos acompañados por el sonido del agua de los torrentes y el cantar de los pájaros. A pesar de estar lloviznando el paseo se hace muy agradable y las lluvias finalmente dejan su preciado tesoro en forma de saltos de agua y vida para estos entornos. Para continuar el itinerario tendremos que volver hasta el Molino de El Vendrell y nos acercaron al torrente y podremos disfrutar de la vegetación de la ribera. Una vez cruzada la riera, llegaron a un puente y posteriormente al Parque Roqueta, donde podremos ver el antiguo pone restaurado del balneario Roqueta. Desde el parque Roqueta, subieron por el Paseo de la Suissa para enlazar otra vez con el camino que hemos hecho de ida a la Plaza de la Iglesia de Sant Andreu. Finalmente para después os recomiendo una visita al centro de interpretación del Camp de les Lloses.
Seguid el plano y disfrutad de la ruta, aproximadamente 8 km ida y vuelta.