Desde Vilassar de Dalt, y situados en la Plaça de la Vila, hay que subir por el pueblo dejando la iglesia parroquial de Sant Genís. Subiendo por el Carrer d’Àngel Guimerà llegaremos a una pista sin asfaltar. Al llegar a lo alto de la cresta, hallamos un cruce de caminos (2.3 km). El de la izquierda conduce a la ermita de Sant Mateu. El de delante, lleva al Vallès, a Vallromanes. Nos interesa el de la derecha, hacia la Roca d’en Toni, señalizado con las marcas blancas y rojas del GR-92. Sin embargo, antes, y a pocos metros, un desvío a la derecha nos conduce a Can Boquet. Regresamos hacia el camino principal y, al llegar, seguimos hacia la derecha. Caminamos durante un kilómetro entre bosques y campos hasta encontrarnos ante otro cruce. Nos encontramos en presencia del dolmen de Can Boquet, más conocido como la Roca d’en Toni. (3.6 km).
.A pocos metros de la Roca d’en Toni, subiendo por un sendero, podemos ver otra muestra de antiguas culturas, esta vez de la alta edad media. Se trata de siete tumbas medievales construidas con losas de granito. Al fin de nuestro itinerario nos adentramos, yendo hacia el norte, en algunas zonas más húmedas de la cordillera. Abandonamos la Roca d’en Toni y tomamos el desvío que nos llevará a la Font Freda, pasando por la masía de Cal Senyor (4 km). A partir de ahí, el perfil baja con cierta intensidad y, unos 500 metros más adelante (4.5 km), nos hallamos ante un cruce, el Mal pàs, el primero de cuyos desvíos nos indica la dirección de la Font Freda. La pista que llega hasta ahí es bastante estrecha. Después de medio kilómetro de camino (5 km), y al salir de una curva pronunciada, encontramos, a mano izquierda, un pequeño sendero escalonado y con barandilla de madera que nos conduce directamente a la fuente en otros 50 metros.
Seguid el plano y disfrutad de la ruta, aproximadamente 12 km entre ida y vuelta.