La prueba del dolor

Escrito por picrespo | 2 Jul, 2009

    La prueba del dolor

    «Yo siempre he sido considerado en mi ambiente profesional —me decía no hace mucho un viejo amigo— como una persona muy exigente. Me he exigido siempre mucho a mí mismo y he exigido también siempre mucho a los demás.

    »Me costaba mucho comprender que había gente a la que no le era posible seguir mi ritmo, y a veces, tengo que reconocerlo, los maltrataba. Y en casa me pasaba un poco igual. Echaba en cara las cosas a mi mujer y a mis hijos con muy poca consideración.

    »Y tuvo que venir la enfermedad, y luego aquellos problemas serios en el trabajo, para que empezara a entender que la vida no era tan simple como yo me la había planteado.

    »La verdad es que he funcionado siempre como un triunfador, rebosante de salud y de éxito profesional, y sin darme casi cuenta menospreciaba a los demás. Pensaba que si ellos no lograban lo que lograba yo, era simplemente porque a ellos no les daba la gana esforzarse como yo lo hacía.

    »Pensaba así hasta que empecé a sentir en mis carnes todo ese sufrimiento, a notar en mi vida el peso de esa carga: fue entonces cuando comencé a reparar en que los demás también sufrían, que en la vida hay mucho sufrimiento de muchas personas. Y comprendí que pasar sin consideración por delante de ese dolor es algo realmente indigno.

    »He empezado a dormir mal, y ahora tengo mucho tiempo para pensar. Al principio me enfadaba, pero pronto me di cuenta de que con pataleos no arreglas nada: ni te duermes, ni resuelves lo que te preocupa. Es curioso, pero antes yo era muy irascible, y ahora en cambio me he vuelto bastante sereno y comprensivo. Creo que esto que me ha pasado ha marcado como una nueva etapa en mi vida.

    »A mí, el dolor me ha curtido el alma, me ha hecho entender un poco mejor a los demás. Antes, yo apenas había tenido problemas serios, y juzgaba a los demás con dureza y frialdad. Ahora, todo lo veo de modo distinto. Ya no grito a mi secretaria ni me peleo con mi mujer o mis hijos.»

    Recordando el relato de aquel joven y brillante ejecutivo, pensaba en el distinto modo en que reciben las personas el dolor. En cómo a unos les mejora, y a otros, en cambio, les desespera. Y pensaba en la enseñanza que esta persona obtuvo: que hay que comprender mejor a la gente, pues quienes nos rodean son personas que también sufren, y eso siempre es duro; y que hay gente que lo pasa mal —y quizá en parte por culpa nuestra—, y que todo hombre debiera detenerse siempre junto al sufrimiento de otro hombre, y hacer lo posible por remediarlo.

    El dolor es una escuela en donde se forman en la misericordia los corazones de los hombres. Una escuela que nos brinda la oportunidad de curarnos un poco de nuestro egoísmo e inclinarnos un poco más hacia los demás. Nos hace ver la vida de una manera especial, nos muestra un perfil más profundo de las cosas.

    El dolor nos lleva a reflexionar, a preguntarnos por el sentido que tiene todo lo que sucede a nuestro alrededor. El hombre, al recibir la visita del dolor, vive una prueba dentro de sí: es como un pellizco que detiene el curso normal de su vida, como un parón que le invita a reflexionar. Por eso se ha dicho que toda filosofía y toda reflexión profunda adquiere una especial lucidez en la cercanía del dolor y de la muerte.

    El dolor, si se sabe asumir, advierte al hombre del error de las formas de vida superficiales, ayuda al hombre a no alejarse de los demás, a no arrellanarse en su egoísmo. El dolor nos vuelve más comprensivos, más tolerantes, nos va curando de nuestra intransigencia, nos perfecciona. Es, además, una realidad que llega a todo hombre y que por tanto, en cierto sentido —como ha señalado Enrique Rojas—, conduce a una suerte de fraternización universal, ya que iguala a todos por el mismo rasero.

    Lo que hace feliz la vida del hombre no es la ausencia del dolor, entre otras cosas porque se trata de algo imposible. La vida no puede diseñarse desde una filosofía infantil que quisiera permanecer ajena al misterio de la presencia del dolor o del mal en el mundo. Y enfadarse o escandalizarse ante esa realidad no conduce a ninguna parte. Aprender a convivir con el dolor, aprender a tolerar lo malo inevitable, es una sabiduría fundamental para vivir con acierto.

     

    Alfonso Aguiló Pastrana


8 comentarios & 0 Retroenlaces de "La prueba del dolor"

    Estoy muy de acuerdo con este articulo, personalemnte para mi el dolor ha sido hasta la fecha la mejor escuela para encajar y aprender a poner cada cosa en su sitio.
    Y si encima dejamos que Dios nos afine, nos arregle y nos dejamos ayudar por esos amigos o familiares que tenemos a nuestro lado, entonces nuestra vida es bella y grandiosa .la solución esta en cambiar nuestro corazon para que no se quede en lo temporal, sino que vaya a Dios

    Escrito por vicenta 03 Jul 2009, 18:46
     

    Hola Vicente: me alegra verte en el blog, Estoy de acuerdo con lo que dices aunque es verdad que el dolor es difícil de aceptar

    Escrito por Pilar 03 Jul 2009, 20:26
     

    Recuerdo un tiempo de pequeña, cuando cada noche al acostarme, mi madre venía a hacerme compañía antes de quedarme dormida. Cuando estaba un poco triste o preocupada se ponía a mi lado, cogía mi mano y me decía: no te preocupes cariño, tu ángel de la guarda está siempre a tu lado. Cuando tengas problemas y no sepas qué hacer, cierra los ojos y piensa en él, ya verás como entonces tu ángel vendrá a tu mente con una idea que te ayudará a resolver cualquier cosa, sea la que sea.

    Debo confesarte que incluso hoy en día, cuando tengo algún problema en el trabajo, o en casa, cuando tengo uno de esos días en los que te sientes sola y parece que nadie puede ayudarte, sigo cerrando mis ojos como cuando era una niña. Entonces se me ocurre alguna idea nueva y pienso: éste debe ser mi ángel de la guarda, que todavía sigue conmigo.

    Seguro que tú también tienes de vez en cuando esos momentos ¿verdad? Por experiencia propia sé que la vida no es nada fácil, a veces parece que todo el mundo no sepa hacer nada sin ti, que todo el mundo espera que tú seas su ángel de la guarda, pero ¿y a ti quién te cuida?

    Escrito por vi 26 Ago 2009, 22:26
     

    A ti te cuida Dios, que seguro que es tu mejor e infatigable amigo

    Escrito por picrespo 27 Ago 2009, 08:58
     

    El Señor está cerca de nuestra vida. A través de las personas que nos rodean, de los hechos que se van sucediendo, gracias Pilar por recordarme que es mi mejor amigo.

    Escrito por Vi 27 Ago 2009, 23:47
     

    Lo sabes y seguro que vives conforme a esa idea

    Escrito por picrespo 28 Ago 2009, 08:37
     

    Muchas veces pensamos que nuestra vida va bien cuando nos aprecian o nos halagan, cuando valoran lo que hacemos o nos salen las cosas como esperábamos.
    La idea de nuestra vida es la del triunfo, el éxito. Y, si este no llega, entonces pensamos que hemos fracasado.

    Esto nos pasa porque nuestra fe es imperfecta. No entendemos la cruz, como San Pedro y, cuando viene nos entristecemos.
    Jesús, auméntanos la fe para entender tu cruz.

    Escrito por vicenta 09 Sep 2009, 21:30
     

    Es una buena oración la que propones, gracias

    Escrito por picrespo 10 Sep 2009, 08:45
     















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