Según la 2ª ley de Newton de las fuerzas físicas, a toda acción le corresponde una reacción. Al machismo le reacciona un odio a los hombres por parte de las mujeres. Así, las mujeres de mi generación (soy del 72), hemos sido supuestamente criadas en la modernidad, pero se nos ha traspasado ese odio generado por el machismo. Son frases tan conocidas como que todos los hombres son iguales, unos cabrones, que solo quieren una cosa (acostarse contigo para luego dejarte), que son unos mujeriegos que hay que vigilar (en cuanto te gires, estará con otra), que son incapaces de freir un huevo,... estas creencias heredadas las llevamos tatuadas, pero nos creemos que son ideas nuestras. Dudo que ninguna mujer se haya encontrado con muchos hombres que le juran matrimonio para echar un polvo, que haya tenido muchos novios infieles (uno no es significativo), no lo hemos visto pero lo creemos, dudamos de la existencia de dios pero nos creemos lo que nos han contado de los hombres. Reconozco que yo he tenido este odio durante años, y que saltaba de mala hostia si me hacían algún comentario sobre mi falda (saltar de mal humor es un síntoma de este mal). Creo que ahora he soltado ese odio, después de meses de reflexión y de hacer un acto psicomágico que me dejó afónica y con agujetas. Me siento liberada, aliviada, tranquila y más receptiva a comunicarme con los hombres sin saltar. Me ha sentado la mar de bien.
A veces, cuando eres sincera con un hombre este se pone la careta de chulo pasota. Cuando pasas de él te dice cuatro cosas bonitas para que no te largues y tenerte ahí pendiente. Es el juego del ratón y el gato, un tira y afloja. Lo bueno es que con una edad no tienes tantos miramientos. El que quiera algo sabe donde estoy, si sólo quieren tenerme ahí en la reserva para subirse el ego y tener a una imbécil detrás, pues mi profesión no es la de subir egos.
Algunos títulos de post del blog tienen avalanchas de publicidad en los comentarios. Suelen ser entradas que tengan alguna palabra relacionada con el sexo, y los anuncios suelen ser de viagra y cosas por el estilo. Empecé por borrarlos pero no doy a basto y acabo pasando, espero que nadie los tome en serio, hay bastantes medicamentos falsificados por internet. Esto me demuestra lo importante que es el sexo y la de hombres que no se atreven a pedir una viagra. Creo que los hombres llevan bastante mal los problemas de erección. El equivalente femenino es el no llegar al orgasmo, pero tampoco hay mujeres que hablen del tema, es un gran tabú. Por eso con el primer novio que tuve, cuando me preguntaba si me había corrido (joder con la pregunta, que obsesión por saberlo) le decía que no lo sabía ni me acordaba. Era verdad. Con el último tenía un pseudo-orgasmo sólo de pensar en él, en cualquier sitio, y especialmente cuando iba en tren, que me relajo. Nunca había llegado a esos niveles de excitación y será díficil de superar. Ahora estoy en modo monjil, creo que ni que viniera Brad Pitt a suplicarme un revolcón me levantaría del sofá, un problema que espero que el tiempo o un milagro solucione.
Dicen que la vida te trae las personas que necesitas, teorias de la ley de la atracción. Últimamente me he hecho amiga de una chica, y algunas noches me voy a su casa a tomar un cubata. Me echa las cartas, y me dice cosas que no me gustan. Justo ahora que me estoy volviendo loca tirando cosas a la basura, me ha dicho que ella vende ropa de segunda mano en un mercadillo. No es mala idea, vende a dos euros la pieza, sus clientas son moras con menos prejuicios y dinero de las autóctonas. Así que le voy dando sacos de ropa, y no descarto dedicarme a lo mismo si sigo así, no sería la primera en romper el candado del contenedor de la ropa.
Hay una expresión coloquial que es la de malfollada, mujer de mal humor porque está sexualmente insatisfecha. Haberlas, haylas. Hay una versión masculina, pero no se les llama malfollados, no se el motivo. Ultimamente he aprendido a verlos, hay dos cosas que no fallan, cincuenton y extremadamente simpático conmigo. Lo de cincuenton (ó 40 y muchos) tiene su lógica, llevan ya unos años con las esposas y la cosa no chuta. Lo de simpático conmigo, pues que la que para uno de 30 está estropeada, para uno de 50 está estupenda. Mi detector funciona bastante bien, normalmente me dicen que cuente con ellos para hablar de mis penas, y los que me dan pena son ellos, que están peor que solos. También he aprendido a pararlos sin ser brusca. Acepto amigos de cualquier edad, pero paso de casados frustrados.
Ayer leí una frase muy buena; la mejor manera de esperar a un hombre es en la cama, debajo de otro. La encuentro muy acertada, pero no me veo con ánimo de ponerla en práctica. Creo que la mejor manera es no esperar, la gente es como es y no merece la pena esperar que un mudo aprenda a cantar ópera. Y cosas de la vida.... hoy veo al señor C, en horario de mañana por supuesto, que por la tarde es otra persona. Me ha hecho tremenda ilusión verlo, y creo que a él también. Pero caer en la trampa otra vez sería para ir derecha al psiquiatra.
Hay personas que tienen unas cuantas frases agradables que repiten como loros a todo el mundo, son los zalameros. La gracia de estas frases es que pegan con todo, la contestación "muy bien, guapa" la pueden poner cuando les explicas o preguntas cualquier cosa, también tienen la de "esa es tu gracia". Buena estrategia para no pensar en que decir, que pensar mucho es malo. Lo que pasa es que cuando dicen las mismas palabras a pepita, juanita y lupita, pues da la impresión de ser más falsos que un duro de 4 pesetas. Si se combina zalamero con hombre casado del tipo que escribí en la anterior entrada, ya es tremendo, mi amiga M. les llama encantadores de serpientes, yo les llamo hombres de los que huir.
Me he quedado alucinada con la historia de un amigo de F. El chico la llamaba desde el trabajo para contarle las penas, pero por la tarde no queria saber nada de F. porque su mujer es super celosa y tiene manía a F. Y digo que me he quedado alucinada porque es lo mismito que me ha pasado a mi con otro "amigo". Al final F. se cansó, dice que se siente usada porque ella está al 100% en esa amistad, pero él solo la llama cuando le va bien. Y obviamente, si está con la mujer no coge el teléfono. Como mi querido amigo el sr. casado, que es politicamente muy correcto (aunque él odie a la gente politicamente correcta), por la mañana hablaba conmigo de lo que le agobia su mujer y por la tarde es un marido encantador. Por la mañana teniamos mucha confianza, exagerada, por la tarde si me lo encontraba era un hola-adios, porque va con la mujer.
Se ve que hay hombres casados que necesitan una válvula de escape, una mujer que les escuche lo bruja que es la esposa, una bruja a la que están enganchados o que no es tan bruja, pero va tan bien que te escuchen y te compadezcan.... Al final yo también me he cansado del sr. casado, me parece tremendamente egoista que no le de la gana de gastar 5 minutos de una tarde en tomar un café conmigo ahora que puede, pero le encanta quedar en horas de trabajo, cuando está libre de la mujer. Es políticamente correcto (lo recalco, por si no ha quedado claro)
Hoy con F. he aprendido que esta clase de hombres existe. Supongo que el sr. C. buscará otra válvula de escape, otra que lo escuche, porque es incapaz de coger el toro por los cuernos y tener por la tarde una mujer que le llene. A mi estas amistades no me compensan.
Una de las cosas buenas de estas vacaciones ha sido que los abogados cierran y no he sabido nada de mi ex-marido. Bueno, he sabido de él, pero no me ha hablado de asuntos legales. Hoy, como ya estamos en sepiembre, ha vuelto con energía renovada. Si las mujeres intentamos ejercer control sobre otros con el victimismo, los hombres lo hacen con la amenaza. Ya explicaré algún día como cocinar una escudella puede ser un ejercicio de victimismo, si después de la sopa en cuestión la señora pone voz infantil y medio lloriqueando suelta lo de "¿y no te ha gustado? si he estado cocinando dos horas!!!". El mensaje es; yo he sufrido en la cocina, ahora me lo tienes que pagar. Si puede ser tirándote encima mio y gritando que soy la mujer más bella del mundo.
A lo que iba, mi ex-marido. Intenta ejercer el control de la situación como sabe, con amenazas. Eso es que hay miedo. Me ha soltado lo más gordo que podía decirme, y me ha hecho hasta gracia de lo típico y tópico que resulta. Ex-marido a malas haciendo de macho alfa cabreado, hombre casado que ve la luz con su mujer mientras la amante es sólo un sueño.... al final veo que los culebrones son un muestrario de conductas humanas, más útiles que las noticias, no se porque los despreciamos tanto.
Cuando te lias, medio lias o tonteas con un hombre casado, te crees que está mal con su mujer, es obvio que quien está contento con lo que tiene en casa no busca nada fuera. Esta creencia se refuerza con los típicos comentarios de "mi mujer....", ojo, que los hombres se sobrevaloran y tienen la piel muy fina, cualquier mujer que no los alabe es una bruja. Normalmente te dicen que no follan nunca con su mujer. Por la cantidad de mujeres amargadas y hombres simpáticos que veo por la calle, esto debe ser verdad la mitad de las veces. En cambio tu eres una diosa del olimpo. Ya está la trampa montada, los dos se sienten la séptima maravilla mundial. Normalmente pierde el que no está casado, porque en su ignorancia no se da cuenta de que a nadie le amarga un dulce, pero de ahí a comprar la caja entera, hay un trecho. Los hombres casados son como niños, le gusta jugar, pero cuando les pides que se comporten como un hombre te dicen que piensas demasiado y ya no te ajuntan. La amante tiene que seguir el juego que toque y no pedir nada, porque para mujer exigente ya se quedan con la esposa. Cuando el juguete nuevo se rompe se dan cuenta de lo importante que es el matrimonio, y tu te quedas con un palmo de narices, dudando de si has soñado los últimos meses y con complejo de gilipollas. Un poco tarde he aprendido que los hombres de verdad cogen el toro por los cuernos y se atreven a poner nombres a las cosas. Lo más gracioso es que esto ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo, a partir de ahora veré más telenovelas.
Mi ex-marido, que es un cuadriculado y en los últimos tiempos me hizo la vida imposible, a la hora de despedirse tuvo bastante clase. Le dió un ataque de buen rollo y dijo que a pesar de todo, lo que ha pasado es lo mejor. Cero discusiones, cero explicaciones, me voy porque no estoy bien y punto. Este gesto le honra, tiene mil cosas malas pero se despidió bien y tuvo la valentía de hablar claro. Mi último amor ha sido lo contrario. Es un hombre maravilloso, pero la cobardía le pierde. Dice una cosa pero hace otra. Si le das un morreo y le metes la mano en le paquete te dice un "te quiero" que debe ser un automatismo masculino, un reflejo como el del martillo y la rodilla. Antes yo no sabía esto del reflejo, y claro, te lo crees como si fueran palabras dichas con lucidez.
Cuando le he preguntado qué es lo que somos me salta con un "piensas demasiado". Ostia, que forma tan guay de no echarle cojones al asunto. Si pensar te produce una lucha interior, mejor no hacerlo, ir de zombi por la vida te permite sobrevivir a tus traumas. Yo soy una experta en ir de zombi y poner buena cara cuando me estoy muriendo, pero al final la mierda que hay bajo la alfombra, acaba saliendo. También he cogido la costumbre de ser sincera con los tios, y es terrible, se ponen de un chulo que no hay quien los aguante.
Al final, a este chico le he pedido que se defina, y ha reaccionado con una muralla de chuleria, no se ha atrevido a exponerme lo que él piensa, a sincerarse, y lo ha dejado todo como una alucinación mia. Una forma poco elegante de despedirse que no hace más que mostrar lo poco que está dispuesto a dar. Ahora lo único que quiero es recomponerme. Le deseo que sea feliz con su mujer y sus hijos.
Las mujeres tenemos la costumbre de hacer preguntas a nuestras parejas. Demasiadas si las comparamos con las que hacen los hombres; cero. Normalmente son cosas del tipo si estoy gorda, si te gusto, me quieres o me queda bien esta ropa. Las respuestas o no son lo que esperas o no te lo dicen con el tono que deseas, el 99% de las veces no te deja satisfecha. Y ahí viene el cabreo. Cuando te has cabreado ya unas cuantas veces, te empiezas a arrepentir de hacer la pregunta al segundo de hacerla. Al final son preguntas-trampa, no hay hombre capaz de dar una buena respuesta ni mujer capaz de callar a tiempo.
Mi amiga F. me cuenta con los tios que se ha enrollado. A veces me cuesta seguirle el hilo, y no se si "enrollarse" es acostarse o hacerle una paja de consolación. El día que me dijo que con algunos hombres no se acuesta pero les hace una paja me quedé estupefacta, que aburrido. Sus historias siempre me han parecido divertidas, yo decía que si alguna vez estaba soltera seria como F. Ahora que estoy sola y enamorada (que mala combinación!), ya no le encuentro la gracia. De golpe me di cuenta que al hombre objeto de mis fantasias me lo comeria a besos, pero a otro no, así que el sexo con "solo amigos" pierde la gracia. De momento F. me seguriá contando sus lios y yo seguiré siendo la mojigata que le parece aburrido una paja de consolación.
Últimamente he salido con un chico la mar de majo, le gustan las mismas cosas que a mi, es atento, está siempre disponible a venir donde yo le diga, soltero sin cargas..... objetivamente es perfecto. Subjetivamente, me importa un bledo que sea perfecto, no me dice nada. Para colmo, me he dado cuenta de que tengo un problema sexual, el enamoramiento. De otra persona, claro está. Creo que en estos momentos podría venir un híbrido de Robert Redford, Dicaprio y multimillonario, diciéndome que soy la mujer más maravillosa del mundo, suplicarme matrimonio, y no me gustaría porque no se parece a él. Si, reconozco que es enfermizo.
Luego se ha corrido la voz en el pueblo de que estoy separada, así que últimamente me salen amigos hombres dispuestos a quedar para hablar. La frase siempre es la misma, "ya sabes, si necesitas hablar con alguien me llamas y vamos a hacer un café". No entiendo porque voy a hablar con una persona que hasta ahora he hablado poco. A la segunda vez que me llaman les digo que ya nos veremos en la fiesta mayor. La última vez que tuve un amigo me pillé hasta los huesos, lo pasé fatal y aún me dura. Dicen que el gato escaldado huye del agua fría, y yo huyo de cualquier amigo masculino. También hay tios que van de marchosos, me dicen que salen por Salou y Sitges, que se lo pasan super bien. Cuando me piden el teléfono me hago la mística. Digo que creo en el universo y el destino en los encuentros, si el destino quiere nos encontraremos, así que es inútil dar el telefono.
Dicen que el tiempo lo cura todo, pero creo que voy a necesitar mucho tiempo para acercarme al agua fría.
Las mujeres de mi generación, sobre los 40, hemos heredado el feminismo de Simone de Beauvoir y compañia, podemos hablar sobre la sobrevaloración masculina, la discriminación por razón de sexo y los trabajos feminizados. En realidad es una especie de guerra de sexos encubierta, o sea, una guerrilla. Confieso que toda mi vida he generalizado con los tópicos sobre hombres, pero como no me va que me den el pensamiento enlatado, procuro sacar mis propias conclusiones. En todo este proceso de razonamiento, me ha ayudado mi amigo C., que realmente es el primer hombre con el que he hablado de algunas cosas. La generalización es tremenda, la misma cantinela aplicada a toda la humanidad. Los hombres de ahora no quieren ser como sus padres. Las mujeres se empeñan en interpretar el mismo papel con las mismas frases y el mismo odio, parecen víctimas pero son agresivas. Ahora veo que hombres y mujeres somos victimas de lo mismo, se tendría que cambiar el feminismo por el humanismo, celebrar que haya hombres y mujeres y amar a las personas dejando los tópicos de lado, que acaban cansando.