EPÍLOGO
Así que solo me resta el consuelo de vivir de mis tristes añoranzas y de mi impotencia, honrando la memoria de dos luchadores infatigables, a los que quiero y admiro Víctor García “el Brasileño” y Mª de los Ángeles Fernández Roces, su viuda , mientras leo con pena la ultima estrofa de “Recuerdos”
“Que un criminal robó
Abril de 2010