El sonido, los ritmos, la música, son elementos que nos han acompañado desde el origen mismo de la Humanidad. Afortunadamente, la tecnología ha venido en nuestro auxilio y hoy en día podemos disfrutar de la posibilidad de grabar y reproducir sonidos a voluntad y con alta calidad.
Bien sea que se trate de música, de conversaciones en radio o del sonido que acompaña otra de nuestras pasiones, el cine. Lo cierto es que hoy vivimos en un mundo de imágenes y sonidos postergados, que viajan por el espacio o llegan a nosotros en un formato físico, y requerimos reproducir con la mayor fidelidad posible.
Aquí entran en juego los equipos de sonido, un amplio conjunto de aparatos tecnológicos que permiten grabar y reproducir el sonido. En este contexto, uno de esos equipos cruciales es el altavoz.
Los altavoces, al igual que los micrófonos, son transductores electroacústicos, es decir, aparatos que transforman la energía eléctrica en energía mecánica, en este caso, energía sonora, y viceversa.
En el caso del altavoz, esa energía mecánica se transforma en ondas de frecuencia acústica que llega a nuestros oídos y hace la magia del sonido.
De ahí la importancia de conocer bien los tipos de altavoces, sus características y utilidad específica, para poder disfrutar de una experiencia sonora de calidad.
Características generales de los altavoces
Lo que denominamos altavoz o, también, bocina, parlante, altoparlante o corneta, realmente es un sistema de altavoces que incorpora otra serie de elementos. En primer lugar, los altavoces son motores lineales conectados a una membrana o diafragma.
Dichos altavoces están insertos en una caja acústica o bafle, e incluyen filtros de cruce y diversos tipos de conexiones eléctricas. El punto es que se requiere que la señal de audio llegue con la suficiente potencia para poder mover el motor.
Por tanto, dicha señal acústica debe ser previamente amplificada, tarea que cumple el llamado amplificador.
Luego, la potencia, alcance y calidad del sonido transmitido por cada altavoz o sistema de altavoces, variará según diversas propiedades de los mismos. Tales como la respuesta de frecuencia, donde a mayor respuesta, mayor calidad de sonido.
Así como la potencia eléctrica que soporta el altavoz sin sufrir daño, al igual que la impedancia, que incide en la transferencia de energía entre el amplificador y el altavoz. Más otras variables como la sensibilidad, el rendimiento, la distorsión y la direccionalidad del sonido emitido desde el altavoz.
Tipos de altavoces
Existen diversos criterios en los cuales basarse para clasificar a los altavoces. Desde definir tipos por calidad, en función de sus variables de potencia, frecuencia, impedancia, sensibilidad y distorsión, hasta clasificarlos según su direccionalidad.
En este último caso puedes tener altavoces omnidireccionales o multidireccional, bidereccionales o unidereccionales o cardioides.
También, varían los altavoces según las bandas de frecuencia que son capaces de reproducir, contando con los subwoofer para frecuencias muy bajas, los woofer para las bajas y altavoces de media frecuencia. Así como tweeter o de alta frecuencia y supertweeter para las superiores.
De igual forma, se pueden clasificar los altavoces según su conectividad, teniendo así altavoces alámbricos e inalámbricos. En este último caso, conectados a la fuente sonora por frecuencia de radio o, más frecuentemente hoy en día, por Bluetooth.
Finalmente, la clasificación de tipos de altavoces más distintiva es aquella basada en su relación con el amplificador. Lo que, tal como señala el portal Noticias Salamanca, da origen a altavoces activos y altavoces pasivos.
Altavoces activos
Se trata de altavoces o sistemas de altavoces que incluyen un amplificador. Así que, únicamente, requieren contar con una alimentación eléctrica y ser conectados directamente a la fuente del sonido. Digamos, a una radio, micrófono, tocadiscos o fuente digital.
Tienen la ventaja de incorporar en una única estructura todo lo requerido para reproducir el sonido, así que son ideales para dispositivos móviles.
Este es el tipo de altavoces ideal para llevar a la playa o al campo, como los altavoces Bluetooth, por ejemplo. De igual forma, son comunes para usarlos en tu ordenador o con tu smartphone.
También encuentras el sistema de audio multiroom que te permite llevar el sonido a varios ambientes de la casa sin necesidad de un amplificador externo. Al igual que las barras de sonido para acompañar tu smart TV, que ofrecen amplias opciones de conexión, desde WiFi o Bluetooth, hasta la conexión HDMI.
Altavoces pasivos
En este caso, son altavoces que no cuentan con un amplificador incorporado, por lo que deben ser conectados a uno a fin de poder transmitir el sonido.
Son útiles en aquellos casos donde se requiere colocar varios altavoces en distintos lugares de un ambiente. Así como para crear un ambiente de sonido envolvente, como en el caso del Home cinema.
Obviamente, son altavoces proporcionalmente más ligeros que los activos. Sin embargo, más aparatosos como para trasladarlos de un sitio a otro, ya que, debe incluirse el amplificador y los cables de conexión.
Aunque los hay de distinta calidad, en general, son la base de los sistemas de alta fidelidad, bandas musicales en vivo y grandes espectáculos.
Relación funcional entre el amplificador y el altavoz
Como ya señalé, el amplificador es el encargado de llevar la señal de audio a la potencia adecuada para que pueda activar el altavoz. Sin embargo, dicha potencia no puede exceder la capacidad de los altavoces o se dañarán.
En este sentido, es importante garantizar que la impedancia o resistencia eléctrica de tus altavoces sea igual o mayor que la del amplificador, nunca menor.
Esto no tiene mayor interés en los altavoces activos, que incluyen su amplificador, pero, sí en los altavoces pasivos, los que debes conectar a un amplificador. Para ello, compara la cifra de los Ohmios (Ohm) indicados en los altavoces, con la señalada en el amplificador.
De tal forma que, al momento de adquirir un altavoz activo, lo relevante es el dato de su promedio de potencia o RMS, mientras que en un sistema de altavoces pasivos, debes tener en cuenta la impedancia y la sensibilidad, respecto al amplificador que lo acompañará.
Criterios para elegir el tipo de altavoz adecuado para ti
De las características de cada tipo de altavoces se desprende que no se trata de que uno sea mejor que el otro a priori. Todo depende de qué sonido deseas reproducir y en qué circunstancias.
Por lo que elegir altavoces activos o pasivos dependerá de varios criterios a considerar. Por ejemplo, si deseas un sistema inalámbrico o controlado desde tu smartphone, deberás optar por altavoces activos.
En tanto que si buscas crear un sistema de Home video, lo mejor es una combinación de altavoces pasivos y un buen amplificador. Sin duda, la calidad del sonido será mejor e, igualmente, el costo involucrado será mayor.
Igual interés tiene el espacio al que se quiere hacer llegar el sonido. Si se trata de escuchar música de forma cercana o de usar altavoces para tu ordenador, sirven unos activos. Mientras que si deseas hacer llegar el sonido en un amplio local, por ejemplo, en un supermercado, requerirás un sistema de altavoces pasivos.