La pandemia del COVID-19 ha afectado todos los ámbitos de la sociedad y esto no excluye a la educación universitaria. Durante la crisis sanitaria muchas universidades han decidido atender las actividades académicas vía online.
No obstante, esta situación varía de una universidad a otra así como entre Comunidades Autónomas. En primer lugar porque cada casa de estudio tiene la potestad de gestionar sus actividades amparada en la autonomía y en el segundo caso, debido a la realidad de la pandemia en cada región.
Para el segundo cuatrimestre de este año, se ha visto que la mayoría de las universidades han decidido mantener la docencia vía online. Por su parte, otras han implementado sistemas híbridos en los que se combinan actividades presenciales con otras en línea.
Consecuencias de la docencia online en la educación universitaria
Debido al desarrollo de la tercera ola de la pandemia del COVID-19 en España, la mayoría de las universidades han decidido limitar las actividades en los campus universitarios. Esto ha traído una serie de consecuencias en el proceso de enseñanza y aprendizaje que puede tener impactos tanto negativos como positivos
Entre algunos de los más resaltantes, se encuentran los siguientes:
Dificultades en el uso de la tecnología
La explosión de la pandemia dejo en evidencia que muchos centros educativos universitarios no estaban preparados para asumir la educación a distancia. Muchos docentes no tenían la formación necesaria para adaptar sus clases a estas nuevas tecnologías así como a innovar en los aspectos de evaluación.
Aun cuando muchas universidades ofrecían cursos online, no toda la plantilla docente estaba adecuadamente preparada. Por otra parte, los estudiantes también tienen algunas limitaciones al no contar con los equipos informáticos adecuados para acceder a todas las plataformas y herramientas tecnológicas que requieren.
Sin embargo, la pandemia también ha mostrado ser una oportunidad para desarrollar una nueva forma de aprendizaje con un mayor alcance. Aunque se debe tomar en cuenta que las actividades prácticas requeridas en muchas carreras, no pueden ser sustituidas por actividades online.
Problemas en los procesos de enseñanza y aprendizaje
Una de las grandes críticas que se ha hecho a la educación online es la falta del contacto afectivo entre el docente y el estudiante. Al existir la presencialidad, se establece una relación particular que facilita el proceso de enseñanza aprendizaje.
Por otra parte, las limitaciones para hacer vida en el campus universitario como consecuencia de la pandemia parecen estar incidiendo en el abandono de la carrera en los primeros años. Esto porque los estudiantes no perciben el cambio hacia la vida universitaria, además no establecer conexiones con el entorno que los estimulen a continuar con los estudios.
Limitaciones al desarrollar los TFG
Otro de los inconvenientes que se han presentado, debido a la pandemia es el desarrollo de los trabajos de fin de grado y de máster (TFG y TFM). En este sentido, los estudiantes han perdido el acceso a bibliotecas tradicionales así como otros espacios para el desarrollo de sus investigaciones.
Esto ha traído como consecuencia, tal como puedes consultar en este artículo especializado, que se haya disparado el uso de las plataformas que se enfocan en el asesoramiento para los TFG. Tan como nos comentan los expertos, entre las principales causas están la imposibilidad de acceder a los recintos universitarios para poder obtener el material bibliográfico que requieren.
Así, estas plataformas se han convertido en una herramienta para acceder a expertos en diferentes áreas, que los pueden asesorar para realizar sus trabajos. De esta forma, el estudiante consigue una atención individualizada, adaptada a las exigencias de su universidad para la presentación y defensa pública del mismo.
Modalidades híbridas de educación
En la mayoría de los casos, las universidades han implementado planes de estudio híbridos en los que las clases teóricas se imparten de forma online. La presencialidad está restringida al desarrollo de prácticas obligatorias, siguiendo las medidas de seguridad necesarias para garantizar la bioseguridad.
En algunos casos, como la Universidad de Málaga, se ha decidido realizar los exámenes de forma presencial haciendo entradas escalonadas. Por otra parte, en la Comunidad Valenciana, se ha llegado al acuerdo de volver a la docencia híbrida una vez superadas algunas restricciones por la pandemia.