¿Cómo reaccionarías ante un secuestro?

Escrito por picrespo | 22 Nov, 2008
Os dejo el testimonio del SECUESTRO DE BOSCO GUTIERREZ, arquitecto mexicano permaneció encerrado en un zulo de tres metros.

La historia de Bosco Gutiérrez Cortina, un conocido arquitecto mexicano, es dura. Muy dura. Fue secuestrado en 1991 a la salida de misa y permaneció retenido durante nueve meses en un pequeño cuarto. Gracias a su fe en Dios lo pudo sobrellevar y no perder la cordura. «Una mañana al salir de misa, me dirigí al coche. De pronto, un brazo me agarró fuerte y me dieron un golpe con un arma para dejarme inconsciente», relata. Lo siguiente que recuerda es que se despertó cuando le cambiaron de coche para llevarle al zulo: «Tenía la esperanza de salir a los dos o tres días, nunca pensé que se prolongaría tanto», reconoce Bosco, que ha pasado unos días en España contando su experiencia en diversas conferencias. «Los terroristas iban siempre encapuchados de blanco y llevaban guantes».

Por escrito. «En el techo de la habitación había una cámara que registraba mis movimientos y un altavoz en el que me ponían continuamente música para bloquear mi sentido del oído. Estuve escuchando el mismo casete durante cuatro meses seguidos», narra Bosco. Los secuestradores desnudaron al arquitecto y le dejaron sin ropa. «Nunca escuché sus voces, siempre nos comunicábamos por escrito. Incluso me interrogaron mediante un cuestionario en el que tuve que dar datos sobre mi familia. Si me negaba, les harían daño», apunta sobrecogido.

El día y la noche eran confusos porque «encendían y apagaban la luz cuando querían y me daban muy mal de comer» señala. Poco a poco, Bosco reconoce que empezó a «volverse loco». «Ofrecí todos los días mi sufrimiento a Dios y, cuando pensaba, me daba cuenta de que Cristo había sufrido mucho más que yo y que había dado su vida por mí al ser crucificado». Una de las armas que el mexicano utilizó para aumentar su valor fue la oración: «Gracias a ella cogí fuerzas y pude rezar por los captores. Desde aquel momento, sentí la necesidad de cuidarme más y de intentar sobrevivir a aquella situación».

La incertidumbre que el afamado arquitecto, padre por entonces de siete hijos, albergaba sobre su futuro se calmó gracias a que los terroristas –alguno de ellos ex etarras– tuvieron la «consideración» de permitirle tener un libro. Bosco pidió que le dieran la Biblia, lo que con el tiempo le llevó a preguntarse sinceramente: «¿Creo realmente en el Señor?». «Fue en ese momento cuando me di cuenta de que tenía que dejar de vivir de la fe de los demás y asumir la mía». Con un «¡Sí creo!» vio que Dios quería «lo mejor» para él y que debía «aceptar su voluntad».

El fin de la pesadilla. Tras nueve meses de cautiverio, se acordó el pago del rescate de Bosco. Se desarrollaría en Brasil y se encargarían de realizarlo sus hermanos, pero «por problemas, no se pudo efectuar». «Yo había construido un instrumento para abrir la ventana y algún día utilizarlo para escapar». Ese momento finalmente llegó: una mañana, «el secuestrador que tenía que vigilarme se retrasó y aproveché el descuido para escapar encomendándome en todo momento a Dios». La huída no fue tarea fácil, debido a su falta de fuerzas y al impacto que le causó la luz natural. Tuvo que sortear diversos peligros hasta abrir la puerta exterior del chalé donde se encontraba, en la ciudad de Puebla, y coger un taxi. El aspecto desaliñado que ostentaba provocaba desconfianza en la gente, pero logró llegar hasta su casa de México D. F. y despertar de la pesadilla cuando, al descender del automóvil, vio a su mujer y a sus siete hijos bajando de una furgoneta. «Llegué a ellos corriendo y les abracé mientras gritaba: “¡Me he escapado!”». La vida para Bosco cobró un nuevo sentido a partir de ese momento.

( La razón)

Si tienes un rato, te gustará ver y oir su testimonio.

Puedes ver este enlace... vale la pena¡

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