Problemas con Linux y Windows
De hecho, puedes poner no sólo 2, sino que puedes poner tantos como te quepan en el disco duro. El problema está en Windows.
Resulta que a Microsoft no le gusta la competencia y por ese motivo hará todo lo posible para hacer la puñeta. Esto se traduce en lo siguiente: No puedes instalar Windows después de Instalar Linux. De hecho sí que puedes, pero seguramente le cargará todo lo que tenías antes.
Lo que tenemos que hacer es instalar Windows y a continuación Linux. Si no seguimos este orden, podemos tener problemas.
No hace mucho se me ocurrió poner un disco de arranque de Microsoft para intentar solucionar un problema. El problema no sólo no se solucionó, sino que aparentemente me desapareció todo el contenido del Disco Duro. En realidad no fué así. Microsoft se limitó a eliminar a la competencia, en este caso, se cargó el gestor de arranque y de esta forma el ordenador quedó aparentemente vacío.
Pero si eso ocurre, que no cunda el pánico. Hay soluciones para restaurar el disco y dejarlo como estaba.
La forma más simple es instalando de nuevo Linux. El solito se encargará de dejar todo en orden, claro que si lo reinstalarmos en su sitio original nos cargaremos el que teníamos. Así que si tenemos espacio en el disco, podemos hacer una nueva instalación. Luego la eliminaremos.
Otra opción, es restaurar el gestor de arranque. El problema para algunos, es que tenemos que recurrir a la consola de texto y escribir un poco. Entre Tuxes y Pepinos tiene un artículo en que explica este procedimiento que no estaría mal tener a mano por si acaso...
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