COSAS DE LA VIDA

Todos conocemos a alguna persona, generalmente mujer, que es desgraciada en algún aspecto de su vida. A veces estas personas se recrean contándonte sus penas y lo mal que lo pasan. Cuando les ofreces ayuda o soluciones no la quieren, o simplemente no entiendes la gravedad del problema, imposible de solucionar. La mayoria de las personas sienten pena por estas desgraciadas, y algunas acaban aceptando chantaje del tipo "como soy una desgraciada, me tienes que aguantar lo que sea". Este victimismo es una forma de violencia, ejercida normalmente por mujeres. Socialmente las mujeres no tenemos un rol agresivo de fuerza física, así que optamos por fomas de violencia más sutiles, sibilinas, y que casen mejor con el rol de mujer-débil-frágil. El victimismo es perfecto. Es díficil negar algo a una pobre mujer maltratada por su marido o una paupérrima madre soltera, y lo mejor es que someten y hacen sentir culpable al prójimo. La característica principal de la victima-agresiva es que te cuenta una y mil veces su historia, reclaman tu atención constantemente (como negarse, pobre!), y obviamente la versión que te cuentan no se ajusta a la realidad. También suelen comportarse como unas hijas de puta con los más débiles o con quien han sometido, y es aquí cuando las cosas empiezan a no cuadrarte. Así que cuidado con tener pena por una pobre desgraciada, tal vez la maltratada es maltratadora.

 

Tengo una compañera de trabajo que se pasa los lunes contando el viaje del fin de semana. La super casa rural, el chollo-restaurante que nadie conoce más que ella, y el paseo a caballo. Llena los fines de semana de excursiones, viajes, paellas y comilonas con mil amigos. En Agosto le toca el mega viaje, uno que de esos destinos que impacta con solo nombrarlo, como Vietnam o Mali. Nunca me ha contado que se lo ha pasado bien paseando por su ciudad o tomando un café con una amiga. Tampoco me ha contado que va con mil amigos porque no aguanta a su marido, que es un amargado y aburrido, que llena el tiempo libre de cosas que se puedan pagar porque sino no sabe que hacer, y que hace dos meses que no folla. Llenar el tiempo libre de actividades no es señal de pasarlo bien, sino de ser incapaz de disfrutar de tu vida sin adornos.

Hoy he estado con un grupo de parejas que estaban planeando el próximo fin de semana; paseo en caballo, excursión de turno, paseo en bicicleta y algo parecido a un balneario. Un finde embutido en cosas, las suficientes para no pensar que coño hago aquí. Y si vale 300 euros parece más valioso. Cuando me han insistido en que vaya me ha dado la risa y me han parecido unos estúpidos. El próximo finde, haré lo que me apetezca cuando me levante, estando con quien quieres no necesitas adornos para estar feliz.

Dicen que todos tenemos cadenas pero estamos enamorados de ellas, y poca gente reconoce que es incapaz de lanzarse a vivir la vida que quiere, siempre poniendo excusas del tipo hijos, dinero y trabajo. La cobardía se disfraza de resposanblidad, que tiene un vestido más correcto. Solo las personas que son capaces de leer el poema "muere" de Pablo Neruda, y alguno de San Juan de la Cruz, y después pensarlos durante meses, son elegidas para cortar las cadenas. Lo gracioso es que cuando crees que tienes acopio suficiente de valentía, resulta que el universo entero te boicotea, no le va bien cambiar una pieza del puzzle. Ahí es cuando hay amigas que te dejan de invitar a tomar café, porque ya no eres del club. La familia te deja de hablar, por mancillar el honor y romper las normas de la buena conducta. El cambio acaba siendo más radical de lo que te pensabas, y quieres pensar que toda pérdida es una oportunidad, aunque no lo logras. Lo bueno es que las cosas serias de la gente te dan risa, cuando las cuestiones metafísicas entran por la ventana, los pequeños problemas salen por la puerta.