Cómo ha cambiado la vida universitaria en el último año

Durante el año 2020 ha ocurrido un cambio importante en los patrones de actividades de las personas, como consecuencia de la pandemia del COVID-19. Esto se ha reflejado en todos los ámbitos y no podía ser de otra manera en la vida universitaria.

En el período del confinamiento todas las actividades académicas se realizaron a distancia y esto tuvo un impacto en el proceso educativo. En este sentido, muchos expertos consideran que la educación universitaria se ve afectada al no existir la convivencia entre profesores y estudiantes.

Muchas universidades han intentado adaptar sus espacios a fin de mantener la bioseguridad a la vez que se permite la realización de algunas actividades presenciales. Sin embargo, la vida universitaria se ha visto afectada porque los estudiantes no pueden disfrutar de los espacios por las restricciones sanitarias.

Vida universitaria y pandemia

La pandemia del COVID-19 ha llevado a cambios importantes en la forma de vida de las personas en sus distintos ámbitos. Para los estudiantes universitarios, la misma ha cambiado drásticamente las dinámicas naturales que llevaban con anterioridad.

En encuestas realizadas, estos indican que tienen sentimientos de frustración al no poder disfrutar plenamente de los beneficios que ofrece la universidad. Por ejemplo, las bibliotecas han reducido ampliamente los aforos y por tanto se dificulta la consulta directa de bibliografía.

Asimismo, se ha limitado el uso de espacios comunes como bancos al aire libre o cafeterías universitarios y las reuniones de estudio se ven limitadas. Los alumnos que inician su vida universitaria, manifiestan que no aprecian la diferencia con el Instituto, debido a las restricciones por la pandemia.

Combinación de clases a distancia y presenciales

Según va evolucionando la pandemia y la tasa de contagiados en las distintas Comunidades Autónomas, se han venido combinando actividades presenciales y a distancia. En muchas universidades, las clases teóricas se dictan a distancia mientras que las prácticas y trabajo de investigación son presenciales.

Asimismo, muchas instituciones universitarias han decidido realizar los exámenes de forma presencial, mediante sistemas de turnos. De esta forma, se quiere reducir el riesgo de contagios entre estudiantes y personal docente.

En cuanto a la educación a distancia, se han presentado algunas limitaciones cuando los estudiantes no cuentan con los medios para tener acceso a las clases virtuales. Por otra parte, no toda la plantilla de profesores contaba con la formación necesaria para abordar el reto de la educación online.

Asimismo, se ha reducido de forma puntual la movilidad de los alumnos, tal como podemos leer aquí. Así, se van alternando períodos con actividades presenciales con otros donde predominan las que se hacen a distancia.

Acondicionamiento de los espacios universitarios

A fin de mantener la presencialidad en los recintos universitarios, se han tenido que hacer cambios para adecuar los espacios. En primer lugar, se han reducido los aforos de las aulas y espacios comunes y por tanto hay un número menor de estudiantes en cada clase.

El uso de las mascarillas en espacios cerrados es obligatoria así como mantener una adecuada higiene de las manos. Por otra parte, se prohíbe el uso de espacios para reuniones como cafeterías, bancos en los parques y salas de estudio.

Cuando se planifican actividades presenciales como los exámenes, estos se programan por turnos a fin de mantener el aforo en las aulas. Igualmente se hace con otras actividades como prácticas así como el uso de los laboratorios de investigación.

Convivencia universitaria

Uno de los grandes problemas que ha traído la pandemia a la educación universitaria, es la pérdida de la convivencia diaria entre profesores y alumnos. Muchos profesionales consideran que esto afecta la formación integral de los estudiantes.

Asimismo, los alumnos han perdido parte de la experiencia que convivir con sus compañeros en los espacios universitarios. Otro de los aspectos que se ha visto afectado, es la limitación para acceder a bibliografía que solo está disponible en las bibliotecas.

La pandemia del COVID-19 se ha vuelto un reto para la educación, particularmente a nivel universitario. En este sentido, ha quedado claro que debe haber una transformación en los métodos de enseñanza que fortalezcan las tecnologías digitales.

No obstante, no se puede descartar la presencialidad porque el campus universitario y las experiencias que allí se tienen son irremplazables en el proceso formativo. Por tanto, la vida universitaria se debe ir transformando ante la nueva realidad combinando las herramientas tecnológicas para clases a distancias con actividades presenciales que contribuyan a establecer relaciones más cercanas que fortalezcan una formación más integral.

 

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