PORTEZUELO - El castillo de Portezuelo se queda a oscuras
PORTEZUELO, apenas 300 habitantes en una superficie de 126 kilómetros
cuadrados, presume de castillo. Sus habitantes se sienten orgullosos de
la fortaleza que les contempla cada mañana, una de las señales
distintivas de esta pequeña localidad del norte extremeño. El castillo
ayuda a situar a Portezuelo, y Portezuelo es para muchos el pueblo del
castillo. Uno y otro son como hermanos siameses, aunque puede que ni
Portezuelo haya cuidado lo que debiera a su particular joya de la
corona ni ésta se encuentre después de siglos de verdadero abandono a
la altura turística que exige su historia. Ahora, Marmionda (nombre que
le atribuye su leyenda) reclama su cuota de atención por motivos más
próximos a la crónica de sucesos que a su dimensión arquitectónica. De
la noche a la mañana, y la expresión aquí sobrepasa el tópico,
Marmionda se ha quedado a oscuras. Los portezueleños han comprobado
atónitos como algunos focos halógenos que iluminaban por la noche cada
fin de semana las almenas han desaparecido. Su insólito destino puede
ser una plantación de marihuana.
«Patrimonio nos ha dicho que los focos no se pueden estar reparando
una y otra vez». La voz de Rosa Elena Molano, la joven alcaldesa de
Portezuelo suena a lamento a través del teléfono. La desaparición de
las lámparas gigantes que iluminaban el castillo es el último atropello
de una lista que se extiende en el tiempo, desde que a finales de los
90 Marmionda fuese objeto de una serie de mejoras, entre las que se
incluyeron la consolidación de sus muros, la evacuación de las aguas
hacia el exterior y hasta su reconstrucción en parte. Todo ello con un
presupuesto que rondaba los 60.000 euros de salida. Situado en lo alto
de un cerro que vigila la antigua Ex-109, el castillo de Marmionda
parece sufrir más avatares en estos tiempos modernos que cuando fue
reconquistado en 1167 por el rey Fernando II o cuando, más tarde, lo
recuperaron los árabes. Los destrozos se han convertido en la norma de
conducta de algunos visitantes.
Varias veces
«Se han llevado los focos, algunos de ellos, y han dejado los
cables. Un verdadero desastre», resume la alcaldesa. Rosa Elena Molano
se teme lo peor, que el pueblo definitivamente haya perdido la
referencia iluminada de sus noches más festivas.
«Las luces se encendían los fines de semana, pero sobre todo en
verano, cuando hay más personas en el pueblo por la llegada de los que
están fuera, o en Navidad y en las fiestas locales como los Mártires».
La situación actual contrasta con las ilusiones que la iluminación
despertaba en 2003, cuando se esperaba al consejero de turno para la
inauguración oficial y cuando el entonces alcalde, Aurelio Gómez,
recordaba que ahora se podrían encender las luces con un simple golpe
de interruptor, sin necesidad de cargar de gasoil el generador.
La destrucción de los focos en otras ocasiones y ahora su robo ha
hecho que desde la Junta de Extremadura se haya dado un toque de
atención al Ayuntamiento para que busque soluciones. Y a la vista de
los hechos, éstas no son sencillas. «No tenemos presupuesto para poner
un vigilante allí. El caso está en manos de la Guardia Civil, que ha
aumentado la vigilancia, pero claro, a pesar de eso, aparecen por el
castillo desalmados que o bien destrozan los focos o invierten hasta
tres y cuatro horas en desmontarlos, cargarlos en un vehículo y
llevárselos a donde sea». El relato de alcaldesa se detiene ahí, pero
aunque ella no quiera entrar en el asunto, ya hay destino asignado para
los halógenos que hasta ahora vestían de fiesta al castillo de
Portezuelo. Los focos podrían estar en una plantación de marihuana en
la vecina localidad de Acehúche. El dato tiene el aval de voces
autorizadas que, eso sí, prefieren el segundo plano.
Coste
«No es posible decir exactamente el coste de los destrozos y
robos. Nosotros lo comunicamos y es la empresa Fotex la que se encarga
del mantenimiento. El castillo tiene media docena de focos», indica la
edil. Más preciso se muestra un técnico de Alba Plata que ha
participado en instalaciones similares: «Como ejemplo, reponer tres o
cuatro focos en Mirabel fueron unos 3.000 euros. Se evalúan daños y se
elabora un presupuesto».
La cifra anterior se multiplica en Portezuelo. Es así tanto por los
repetitivos arreglos efectuados como por la sustracción de material.
Desde Fotex se guarda silencio, aunque se reconoce que, por ahora, se
han parado las reparaciones. Marmionda, apagada, puede dejar a oscuras
el principal reclamo de Portezuelo.
http://www.hoy.es/20071201/caceres/castillo-portezuelo-queda-oscuras-