Acaba el Año Jubilar de Tarragona

Escrito por picrespo | 27 Ene, 2009

Acaba el Año Jubilar de  Tarragona

Este año en Tarragona ha sido intenso en emociones, en alegrías y en buenos ratos para los que han/hemos querido vivir el Año Jubilar de cerca. Desde la Solemne Misa Inaugural o la colección de cromos que fue una autentica revolución para mayores y pequeños a la actuación de cientos de voluntarios que han colaborado en los lugares más dispares, pasando por la visita a nuestra ciudad de miles de peregrinos que se veían con sus pañuelos pasear por los rincones más emblemáticos.

Hemos podido conocer la capilla del Seminario recién restaurada, y que por cierto está preciosa, así como la Capilla antiquísima de Sant Pau.  

También me ha impresionado la apuesta que se ha hecho para la clausura. La celebración en el Anfiteatro fue fabulosa: un momento para renovar la ilusión de que la Iglesia sigue viva, precisamente por la sangre derramada por sus mártires.

En la conferencia en Caixa Tarragona no cabía ni un alfiler, el concierto en la Catedral fue espectacular: felicito de corazón al compositor y a los coros.

Y para acabar me siento en la obligación de valorar el esfuerzo de un Cardenal que hace décadas que vive en Roma y sabiendo que viene en nombre del Papa quiere hacer el esfuerzo de decir la Misa en catalán.

Lo interpreté como ese empeño que tiene la Iglesia de llegar a cada persona, por hacerse a cada mentalidad, a cada país y a cada corazón.

El Cardenal Herranz ha estado asequible a todos, lo hemos podido saludar, le he visto bendiciendo a niños, hablando con quien le requería y con una paz interior que supongo es connatural a los que están muy cerca de Dios.

Los fuegos artificiales del domingo subían al cielo como una luz que clamaba que el espíritu de lo que hemos vivido no se quede en una luz efímera que desaparece, que no sea un recuerdo de algo que ya pasó, sino que cada uno puede seguir viviendo ese júbilo interior si procura mantener vivo el espíritu de lo que el Cardenal dijo en su homilía: verdaderamente pronunció unas palabras valientes y esperanzadoras y optimistas.