Un punt de vista

02 Ago, 2011


4ª ETAPA MELIDE - ARZÚA

Camino de Santiago — Escrito por ebm @ 18:44

Hoy, tras madrugar como de costumbre, salgo todavía de noche para tomar un café con unas madalenas. Y como viene siendo costumbre, me han plantado delante un café con  leche. He estado a punto de bebérmelo sin quejarme pero al final, he decidido que yo quería un café y le pido amablemente a la camarera que me lo cambie. Como es el único bar que hay cerca de los albergues, está lleno de peregrinos.

Subsanado el error de la simpática sra y cuando ya empezaba a clarear el día, arranco a por las flechas amarillas. Hoy voy un poco espeso pero creo que se debe al orujo de hierbas que es un poco cabezón…

Parece mentira pero, pasito a pasito, ya estoy a cerca de 50 km de Santiago. Inmerso de lleno en el camino, lo cierto es que me lo estoy pasando estupendamente.

Y mientras ando y medito durante las primeras horas del día, me viene a la cabeza otra vez a los BST rezando el rosario.

Por cierto, que hoy he atravesado unos bosques de eucaliptos cuyo aroma me gustaría poder envasar para llevármelos a casa y poder olerlos cuando quisiera, de la misma forma que haces con una foto de un paisaje y después lo revives cuando miras la foto posteriormente. Pero no puede tadavía. Está por inventar.

El iPhone me daba agua en Arzúa a partir de las 12 y, por lo que parece, igual será verdad. La parte positiva es que las nubes taparán el sol y será más agradable el caminar.

Al rato de andar, me han adelantado la parejita de italianos que parece que lleven mi misma marcha ya que, aparte de haber dormido en  la misma sala, les he adelantado un par de veces en la etapa. Hay que ver, no hablan nada de español.

También me he cruzado con el brasileño del primer día, que sigue andando lento y fotografiando todo lo que encuentra a su paso. Hemos tenido mucha alegría de encontrarnos de nuevo.

La etapa ha sido cortita y he llegado a Arzúa el primero otra vez. Justo a la entrada de este pueblo (de más de 6000 habitantes), una señora que estaba cogiendo ciruelas de un árbol se ha empeñado en que me llevara una caja.  Yo le he hecho ver que no tenía donde ponerlas pero al final, me he tenido que comer un par de ellas delante de la sra para que quedara tranquila. Dicho sea de paso, eran dulces y sabrosísimas.

Pretendía coger albergue para todos pero resulta que el "Hermano mayor" y "cuñado" ya pidieron 18 camas por teléfono, para ellos,  Rufino con sus amigos y yo. (Corrección efectuada según comentario). Al final, también dormieron en el mismo albergue Laura y Sabrina

Mientras esperaba, tomándome una cervecita en un bar con WIFI, a que llegaran todos he descubierto un centro de fisioterapia. Me dieron hora para por la tarde  con el reto de repararme las piernas. Tengo la sensación que ayer se me metió el orujo en los gemelos y los cuádriceps y así voy yo hoy.

El cielo no amenaza agua pero no se ve el sol. El iPhone no iba desencaminado del todo…

Arzúa es un pueblo largo, muy largo. El albergue está justo a la entrada de la localidad, y para mañana, al salir, me tocará atravesar toda la villa. El Camino se ve claramente porqué la acera tiene un empedrado de otro color con unas conchas de latón cada 10 metros aproximadamente. Esto me recuerda que, durante los tramos de Camino que atraviesan algunas carreteras, éstas cambian el asfalto por un adoquinado marcando la dirección hacia Santiago. Lo tienen bien montado esto del Camino.

Toma de contacto con el albergue, y directos a un 4º piso con ascensor. Que gozada el no tener que subir escaleras. Mis piernas lo agradecen. Una ducha, cambio de ropa y, dado que el cielo amenaza agua, decido poner una lavadora y una secadora. Les pido algo de ropa a los del grupo para optimizar el lavado. No puedo poner una lavadora sólo con unos calcetines, unos gallumbos y una camiseta sudada. Es anti ecológico.

Cerca las 14:00, hemos ido a comer a una Pizzería. Mejor dicho, la pizzería pues es la única que existe en Arzúa. Allí me pido una pizza carbonara que por un error de cocina se retrasa un montón. La camarera explica que habían hecho espaguetis carbonara en vez de pizza. Compartiendo el local con un congreso de moscas, me sabe mal que los comensales no empiecen hasta que no esté mi plato delante, que tarde, pero acaba llegando.

Al pedir una cerveza antes de comer, ha resultado que delante del surtidor tenían un pequeño mostruario de cerveza ROSITA, una cerveza fabricada cerca de Tarragona de la cual una amiga mía es socia fundadora. Cuando la vea se lo contaré.

Ya habiendo comido, acudo al centro de fisios para ver que me pueden hacer. Me atendió una chica colombiana que me reparó bastante bien las piernas pero creo que lo hizo mejor la masajista de Portomarín. Eso si, las dos me arrancaron las lágrimas cuando pretendían deshacer las contracturas del gemelo izquierdo. Y, como la otra vez, el final feliz no entraba en el menú.

Al salir, con las piernas rejuvenecidas, me encuentro que está lloviznando. Dado que no cae mucha agua me decido a ir hacia la iglesia para sellar la credencial y de paso ver el pueblo. El cura, al ver que la credencial es de Tarragona, me manda un saludo para un amigo suyo que es escritor. Si algún día lo veo, se los daré, pero vamos, que no me suena el nombre. Durante el paseo por la localidad, me queda flipando de la cantidad de tiendas de chinos que hay. Y en las calles principales!!.  Esta gente está en todas partes, y a montones además…

De vuelta al albergue, decido parar en una tienda para comprar un pedazo de queso gallego, del de tetilla ahumado. Los quesos de Arzúa son demasiado cremosos para mi gusto según he podido probar al mediodía y el ahumado que tanto me gusta no es habitual en mi zona de residencia.

Al llegar al alojamiento, me encuentro que la señora de Menorca está tumbada con vómitos y diarreas, igual que un par de los sevillanos. Parece que hay una pasa de algún virus. Estamos todos acojonados ya que de los sevillanos ha caído un tercero. A los dos primeros les han llevado a urgencias, y a uno de ellos le han conectado un suero porqué estaba peligrosamente deshidratado. Parece que el camino se está cobrando sus tributos…

Alguien comentó que el pulpo de Melide estaba en mal estado. Yo comí en el primer local, pero en Ezequiel solamente probé un solo pedacito. No las tengo todas, no…

Por ello, decido ir al bar del albergue a comerme el queso regado con un riojilla. El alcohol debería matar todos los viruses que pueda tener. Y allí estaban Rufino con su amigo de Menorca tomando unos vinillos también.

En la terracita donde están las lavadoras y las secadoras, me encuentro con un señor de Vilafranca del Penedés que está haciendo el camino con su chica. Me explica que lo ha ido haciendo a tramos  durante algunos años y que ahora está caminando el tramo final. El tipo es un crac del video. Me enseña una pequeña cámara digital en HD que creo haría las delicias de cualquier video aficionado. Vaya virguería y que resolución que tiene la maquinilla en cuestión. El caso es que he podido hablar en catalán un rato, aunque con las chicas de Valencia también empleo este idioma.

Ya por la noche, mientras unos cuantos sevillanos están cubateando un poco delante del albergue, decido acostarme. Me tocó hacerlo debajo del “Jefe costaleros”. Viendo lo que le rodea y dado que él es el “hermano mayor” del grupo, si intento meterme en su pellejo creo que lo debe estar pasando mal al ver las bajas que está dejando el Camino: A mi derecha, el “torero” al que metido una banderilla en Urgencias. Delante de mí creo que es Joui que también ha pasado por el hospital. Y Juan Romero “el militar” que se ha hecho íntimo amigo del Sr. Roca. "Cuñao" que ya anda pero no puede ir con la mochila por precaución. No veas…

Con este panorama, le pido al Santo del camino que me salve de la enfermedad tal y como está haciendo de momento con mis pies, a los que no le han aparecido ampollas ni por asombro. Con el peso de la mochila y con las muletas, solamente me faltarían vómitos o ampollas en los pies. Ya estoy durmiendo a unos 40 km de Santiago, o sea, dos etapas y a abrazar al santo. Que me vengan las averías cuando ya haya llegado a la meta.

En fin, que sigo valorando muy positivamente la etapa de hoy y el Camino en general. Tantas y tantas vivencias, paisajes, aromas, gentes, sabores, risas… Y un tiempo maravilloso para reflexionar que en mi tierra no he sabido encontrar en mucho tiempo.

Mañana más y mejor.

Ah!, que el diario termina explicando que a media tarde he ido a un Súper a buscar unos bollitos de chocolate para la etapa de mañana y me he alegrado mucho de encontrar botellines de Font Vella, pero al salir y probarla, resultó que no es la misma agua que venden en TGN. O sea, que es de la misma marca pero de otra fuente. Un sabor distinto del todo. No me gustó nada por cierto.

Hoy, pasadas dos semanas del Camino,  no quería transcribir este último párrafo, pero quiero ser  bastante fiel al diario y el día que lo escribí me debió parecer digno de mencionar.

 

Comentarios

  1. Lamento profundamente el error, el cual pienso corregir mañana a mas tardar.
    Y seguramente fuere o fuese el pulpo el culpable de esas amnesias pasajeras...
    Recibe un fuerte abrazo y gracias muchas por la aclaración.

    Escrito por ebm — 23 Ago 2011, 01:38

  2. Estimado amigo Emilio, el albergue no lo cogío Rufino sino el hermano mayor junto con el cuñao. Se que ese día no recuerdas algunas cosas bien, posiblemente fuera el pulpo jajajajaja

    Escrito por Juan Jesús — 23 Ago 2011, 00:49


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