TERMINÓ EL CURSO
Bien, llegó la hora de hacer balance.
Terminó el curso.
Terminó mi primer año en la universidad, donde a última hora se me ha atragantado un poco la parte de física que estudia la dinámica de los sólidos y la madre que los parió.
Terminó un sinvivir constante, donde los días se unen a las noches, y los fines de semana no implican más que horas de resolución problemas, de estudio, de dibujos, de sacrificio…
Terminó lo que ya sabía sería duro, pero sin duda, no creía que lo fuera tanto.
Lo de combinar trabajo matutino con los estudios por la tarde, es durillo. Sí que lo he estado haciendo los dos últimos años, pero el instituto daba risa en comparación con una ingeniería. Se nota la falta de base en matemáticas, en técnicas de estudio, y en más cosas. Pero, ahí he llegado, y aquí estoy. Saqué con éxito la Física I, la Química, y los Dibujo I y Dibujo II.
Pero, ¿es lo que esperaba? Bueno, yo diría que los profes se implican bastante en cuanto pisas sus despachos para resolver dudas. Pero el cambio en cuanto al año pasado es abismal: De clases con 15 personas, a clases con 80. De clases donde el profe explicaba una y otra vez hasta que quedaba claro, a clases donde la profe coge una pizarra de 5 m de largo y la llena de símbolos, vectores, matrices, integrales, etc, para demostrar algo. Algo que tú debes intentar descifrar y digerir posteriormente en casa, consultando apuntes, problemas, vídeos hispanos de Youtube. De clases donde se exigía algo de rendimiento, a clases donde si no das el 100% o más, no apruebas.
Ahora, justo empezar las vacaciones escolares, debo seguir estudiando. Me intentaré dar una semana de vacaciones reales con desconexión total y después a seguir refrescando como mínimo, para que no me coja el toro el año que viene. O sea, que este verano, Física y Matemáticas cada tarde de verano. Sin matarme, claro, pero refrescando lo que alguna vez estudié, y que por resultar inútil en la vida que he vivido hasta hoy, nunca jamás he utilizado.
Pero debo decir que, al igual que cuando terminé el servicio militar, o cuando terminé el curso el año pasado, o cuando he terminado algún reto largo que exige implicación, ahora queda una especie de vacío, una especie de desubicación. Pero a la vez, se abren un montón de posibilidades de actividades que hasta ahora resultaban impensables: Ya he ido de nuevo a nadar algún día. Tengo a punto los patines para esta semanita que viene. He empezado a ir en bici preparando un reto que tengo en vistas. Dicho de otro modo, es como si se hubiese terminado la noche al ver tanto sol como veo.
Paro volviendo al hilo del texto, el balance, ¿ Valió la pena ?
Debo decir que me encanta aprender. Por lo tanto, aunque ahora se me antoje inútil, creo que sí que ha valido la pena. Compañeros nuevos, asignaturas nuevas, profes nuevos, y un sistema de enseñanza totalmente distinto a lo conocido hasta ahora. Una biblioteca brutal…
Aunque como hobby resulta muy duro, a lo mejor se le puede llegar a sacar partido en el futuro. La única desventaja que le veo es que esto se puede hacer más largo que una meada en una cuesta: Carrera de 4 años hecha a medios cursos y con un nivel “b” de otra lengua, y intentando no suspender demasiadas asignaturas, implica muchos años pringando. Vale, sí; sarna con gusto no pica, pero es una hipoteca a muchos años vista. De momento, quiero seguir otro año más, a ver si acabo primero, con las mates que vienen y con la física que me estará esperando de nuevo. Después, Diós dirá...
El verano me está esperando, con noches de salsa, vinos con amig@s, apreciad@s amig@s, a los que he tenido aparcad@s, esas charlas y conversaciones con esos artistas de la parte alta, ese disfrutar de un baño en la playa a las tantas de la noche, esa lectura, adicta, de novelas o libros de aventuras, ese VIVIR diría yo…
Ah! Y prometo escribir en el blog, que no he podido hacerlo en tiempo no por falta de ganas, si no por lo expuesto hasta ahora.
