Un punt de vista


Tres cops de vent #H

Personal — Escrito por ebm @ 18:15

Uns cops de vent me l’han liat de debò.

Han estat uns cops de vent, tres,  i m’han obert la porta del balcó.

 No la tenia ben tancada...  i no se com ha estat, però m’han entrat a dintre de casa.

Aquest vent, aire fresc, m’ha llençat per terra  una pila enorme de fulls de paper que tenia  sobre la taula. I sobre la cadira. I al moble de la entrada.

Jo creia que els tenia ordenats, però aquesta ventada m’ha fet veure que no tenia ordre en lo principal. Com pot ser?? Si  em pensava que ho tenia tot mig be...

I aquesta ventada, m’ha donat contrast de temperatura. Aire fred del carrer. Vivia calentet i tranquil, i ara tinc la cara freda. Però això em fa sentir viu. Més viu que mai. Quina sensació més agradable el sentir aquest fred a la cara i el clatell.

 Quant de temps feia que no entrava aire fresc a casa... Massa temps.

He respirat a fons i m’he omplert els pulmons d’aquest aire fresc, nou, sec, dolç .

Quina delícia; torno a respirar i l’escampall de papers se’m fa una minúcia. Una ridiculesa.

En un tres i no res, tota la casa ventilada. I un escampall de papers que Déu ni do.

No se perquè he tingut les portes i fenestres tancades tant de temps. Quina ximpleria. Si tanco a pany i clau, no dono peu a que l’aire entri. I ara he vist lo bo que pot ser que entrin tres cops de vent i em posin a prova, em posin a treballar com un boig recollint papers, malgrat que ara ja no  posaré massa atenció a l’ordre. Lo essencial no és aquest ordre, si no que en remenar els papers, aquests s’han airejat. Ara fan una altra olor fins i tot. I tant se val com els posi, sé que hi són. Si em cal ja els buscaré...

I encara hi ha una altra cosa. Resulta que amb la porta oberta com ha quedat, veig els veïns del davant. I veig fins i tot el mar. Poquet  però.

La veïna del davant te flors al balcó. Li donen un toc de color a la façana.

També hi ha tórtores que es posen al balcó.

Quina sort he tingut de que el  vent hagi premut la porta fins fer-la obrir.


PEQUEÑOS#GRANDES REGALOS

Personal — Escrito por ebm @ 02:12

 H Este post es uno de los que alguna vez escribo y que después no subo a la red. Buscando unos documentos me ha aparecido. Ahí va eso.

 

Dicen que en esta vida, lo más importante son los pequeños detalles, las pequeñas cosas, como por ejemplo una pequeña fortuna, un pequeño yate, una pequeña mansión ...

Pero bromas aparte, hay que reconocer que son los pequeños momentos y la magia que los envuelve, lo que hace llevadera esta vida.

Hay cosas que el dinero seguramente no podrá comprar, aunque sin duda seguro que ayuda, pero afortunadamente la mayoría de los pequeños detalles  no están a la venta.

Particularmente, me siento muy feliz con una simple conversación, leyendo un libro que de tanto leerlo ya casi lo tengo memorizado, compartiendo una copa de vino, tecleando mensajes en un chat (bendito mesenger), con un paseo por el bosque ,  o por la playa, …

Son cosas cotidianas, sencillas. Y debo decir que estas pequeñas vivencias me llenan mucho. No concibo mi vida sin este tipo de experiencias.

Quizás la magnitud de estos momentos especiales equivalen, en peso, al que tienen  los momentos de estrés que vivimos a diario.

A veces me pregunto cómo viviríamos si, en vez de tener unos pocos momentos especiales al día, haciéndose sitio entre el habitual estrés, pudiésemos vivir todo el día de paz y tranquilidad enturbiada solamente por unos momentitos de estrés. ¿Qué bonito sería, verdad?

Pero supongo que tiene que haber un equilibrio en esta vida y los momentos happy, que son pocos, se combinan con los de estrés.

A veces me doy cuenta que, pese a los avisos que me va dando la vida, a veces pierdo el “norte magnético” y dejo que los momentos de estrés me superen. Representa que los árboles no me dejan ver el bosque. Pero, gracias a la lectura, puedo reconducir la situación.

Tardes memorables de charla me vienen a la cabeza, en cualquier terracita, con unos cafés con hielo como testigos. Y no menos agradables los paseos por el bosque, con sus aromas y sonidos que los hacen mágicos.

Decididamente, soy un enamorado de estos pequeños regalos que me hacen tan feliz al recibirlos.


H Noche de Calamares

General — Escrito por ebm @ 21:39

Ayer por la noche, salí a pescar. Calamares concretamente.

Una noche fresca. Ideal, me atrevería a definirla, para la pesca en cuestión.

Momentos antes de salir, alguien me aconsejó lo importante que es el ir de pesca para evitar que se llenen de telarañas los aparejos. La verdad es que sí, que hay que mantenerlo todo en condiciones dado que si lo descuidas todo se echa a perder. Siempre son de agradecer los consejos, ya que la mayoría de las veces se deben a la experiencia.

La noche, impecable. Un regalo excelente después de un día de trabajo.

Como hacía frío, acabé entrando a cubierto porqué en cubierta no merecía la pena estar. La infraestructura, muy importante cuando vas a pescar, se componía de cualquier tipo de bebida o combinado que se me pudiera ocurrir, pero para no hacer cosas raras, lo mejor para mí en estos casos es una Coronita. Un vaso se puede derramar fácilmente con el traqueteo, o mejor dicho, con el vaivén del medio. No olvidemos que la mar se mueve constantemente y sin cesar. Y para eso  la botella aguanta más las inclemencias y el movimiento.

Para hacer más llevadera la pesca, algo de música. Música actual, de la que te incita a moverte. Que delicia... Que bonita noche que estaba viviendo...

En la pesca, debes tener una estrategia para asegurarte el éxito:  Hay que ir cambiando los anzuelos, también puedes intentar cambiar los plomos, ocasionalmente los sedales … También hay que ir tensando el carrete o soltándolo según convenga. Vamos, que no te sueles aburrir.

Y entre control y estrategia, una charla con los amiguetes, que hace llevadera la espera.

Parece que pican, pero no. Una falsa alarma.  Cambio de anzuelo y al agua otra vez.

Otra Coronitas entre risas, distensión y el bailoteo incesante del cuerpo cuando estás en el medio “acuático”; salida a la cubierta a sentir el aire fresco en el rostro. Se agradece, aunque dentro el ambiente no está enrarecido, la sensación del frio.

Parece que sí, que pica algo; pero al final no consigo sacar el pez, quise decir el calamar del agua. El cuerpo se sigue moviendo al compás de la musiquilla, porqué el ciclo del agua en la quilla del barco suena como una melodía.

Un par de falsas picadas pero nada.

Al final, teniendo en cuenta que mañana debía seguir con todos los trabajos pendientes del instituto, decido poner rumbo a puerto, ya que pese a no haber cobrado pieza alguna esta noche, me lo he pasado estupendamente bien.

Vendrán noches mejores, sin duda.

Y con dos Coronitas y un bizcocho, hasta mañana a las 8.

Ah!! Y nada de resaca .

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