Valorar en público la acción docente: ¿otro signo de los tiempos que corren?

Imagina que eres docente en activo.

Un día recibes el correo de un compañero o compañera: «en tal web te evalúan tus estudiantes». Vas a la web, sí, para tu asombro, una evaluación anónima te da un suspenso en tu actividad docente, has salido malparado en categorías como «guay y divertido», «motivado», «humano» o «buen profesor», y en una escala numérica, la misma que se usa en tu centro, recibes un suspenso. Entonces te indignas y llevas a los propietarios de la web a un juicio que pierdes, recurres, vuelves a perder, llevas el caso hasta el Tribunal Supremo, y pierdes de nuevo. Esto es lo que le ha ocurrido a una profesora alemana, según se informa en Eurity y en el Times Online.

Si no eres profesora podrás imaginártelo pensando que tus clientes, tus visitantes, las personas a las que atiendes desde un mostrador o una oficina, o las personas para las que fabricas, cuelgan en Internet una valoración de tí cualquier día. (Más)

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