De alcaldes machistas, de minutos de silencio y de deseos con final lejano

21 Octubre, 2010 18:35
Publicat per bego, Escric

Subo al coche justo en el momento del informativo de las 5 y escucho, estupefacta, las polémicas declaraciones de un llamado "señor" sobre la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín. Resulta que el buen señor se atreve con la sra Pajín en un lenguaje soez, de desprecio personal y con una referencia claramente sexual, refiriéndose a lo que piensa cuando le mira los labios y la boca. Esta actitud, el uso de la burla sexista para menoscabar la valía de una mujer, en el escenario que sea, siempre es absolutamente delenzable. Pero si el señor en cuestión es alcalde de Valladolid, con responsabilidades de gestión sobre los ciudadanos y ciudadanas (¿o quizá a ellas no las considera como tal?) y representante de un partido político, el Partido Popular, que en teoría aspira a gobernar para todos los ciudadanos (o quizá tampoco), entonces el caso es especialmente grave.

Lamentablemente, en política y también en ámbitos de responsabilidad empresariales o asociativos, demasiado a menudo se usa la crítica sexista o el ataque personal como arma, en el caso que el objetivo a batir sea una mujer. Es tras esta reflexión donde manifiesto mi deseo, un deseo que percibo de consecución lejana. ¿Algún día cambiará el escenario y conseguiremos que la igualdad sea real y no sólo para quedar bien? Deseo que al menos mis hijas puedan encontrar una sociedad más consciente, donde la burla machista haya desaparecido de los espacios públicos y privados.

Coincide esta noticia con otra mucho más dramática pero con origen parecido, el desprecio al prójimo. Una mujer y sus dos hijos han sido víctimas esta semana de un caso de violencia de género en Tarragona. En el colegio de los niños (que coincide que también lo es de mis hijas) se han hecho dos minutos de silencio y mucha pedagogía. Como decía una amiga en relación a este tema, no podemos resignarnos a la pasividad, a pensar que es inevitable. Estoy/estamos indignada/das. El camino que se nos ocurre pasa por la educación....hay que invertir en eso, empezando por cada casa. Y también hay que invertir en el ejemplo. El ejemplo que todos, especialmente quienes tienen responsabilidades políticas públicas, deberían dar.

Para construir una sociedad donde no haya distinción por sexo o condición, lo más básico es el respeto mutuo. Y de eso, está visto que aun falta mucho.

 

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