Cuida....

Publicat per aliciav | 30 Abr, 2008

Cuida tus Pensamientos...

porque se volverán Palabras.

Cuida tus Palabras...

porque se volverán Actos.

Cuida tus Actos...

porque se harán Costumbre.

Cuida tus Costumbres...

porque forjarán tu Carácter.

Cuida tu Carácter...

porque formará tu Destino,

y tu destino será tu vida.

Gandhi

 

Reprogramant el cervell

Publicat per aliciav | 28 Abr, 2008

  Reprodueixo l’entrevista de l’Ima Sanchis a Joe Dispenza, del suplement de La Vanguardia del diumenge 20 d’abril. A alguns potser us sona aquest nom, pel llibre o la peli ¿Y tu que sabes?.

  Dispenza defensa la capacitat del cervell per a reprogramar-se,  reinventar-se, i per tant la d’influir en el comportament. Em sembla molt interessant el raonament que lliga el que pensem amb el que sentim i amb com ens comportem, i com el cercle: penso-em sento com havia pensat, es tanca amb: penso com em sento. Per exemple penso que estic deprimit, la meva química cerebral, que no fa altra cosa que acomplir les meves ordres,  segrega totes les substàncies necessàries per tal de que em pugui sentir el màxim deprimit; el següent pas és que jo comenci a pensar de forma deprimida, que és com em sento, i això genera encara més química. Fantàstic el nostre cervell, de fet, insisteixo, no fa altra cosa que acomplir ordres, i per cert, ho fa molt bé!!    

 "Podemos reprogramar nuestro cerebro para cambiar el comportamiento"

  El bioquímico y estudioso del funcionamiento cerebral Joe Dispenza defiende el poder de esta parte del ser humano para reinventarse cada día. Habla de química, de física, de hábitos, de reprogramación y de una inteligencia superior que tanto le da denominar divina, espiritual o subconsciente. Cree en la capacidad de construir y conducir el propio cerebro y a través de él influir en el cuerpo basándose en su experiencia personal y en la observación de enfermos con remisiones espontáneas. “Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que puedo tener de mí mismo, tendríamos otro tipo de mundo”

  ¿Cómo define ese algo? 
 Ja, ja, ja, esa es una pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda del ser. Pero por el momento es curiosamente la ciencia la que nos permite explicar que efectivamente tenemos control sobre nuestra mente y nuestro cerebro, es decir, que no somos un efecto de nuestros procesos biológicos sino una causa. Básicamente, más allá de mis estudios sobre las remisiones espontáneas de enfermedades, lo que intento transmitirle es que nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida comportamientos nuevos.
 

 ¿Y la predestinación genética?
La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.
 

 ¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas? 
Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.
 

  Un círculo vicioso. 
Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa”, pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo dará como resultado un malestar.

  Estamos enganchados a nuestra química interna.

  Sí, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.

 ¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento? 
Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día. 

¿Cómo interrumpir el ciclo? 
A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de mundo.
 

  ¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera? 
La mayoría de las personas cree que las emociones son reales. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer…; si podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?

  Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado. 
No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.
 

  El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción. 
El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya está formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes. 

 ¿Eso son 20 años de psicoanálisis?
Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender. 

metàfores

Publicat per aliciav | 16 Abr, 2008

  Fa poc vaig assistir a una xerrada que va donar al col·legi d’advocats Carlos Andreu, un fantàstic speaker, formador, consultor i autor, que és com ell es defineix. Des d’aquí voldria compartir una idea que ell va desglossar amb molta traça, es tracta de coses d’aquelles que tots sabem, però que val la pena recordar i més si algú les explica amb tant d’enginy, energia i  bon humor com ell ho va fer.

  Un dia de la seva ”anterior vida” que estava sopant  en un hotel de Sud Àfrica se li va apropar un individu demanant-li si podia seure amb ell. En la conversa li va preguntar:

  Quines són les coses importants per a tu, les que et fan aixecar-te cada matí amb ganes de començar un nou dia?

  Si cada un de nosaltres ens fem la mateixa pregunta, arribarem a la conclusió de que  aquestes coses d’una manera o altra estan relacionades amb quatre eixos que corresponen a la família/parella,  el treball/diners, la salut/ físic,  i els amics/relacions socials .

foto

   Li va preguntar, Carlos, si haguessis de valorar el teu grau de satisfacció en l’àmbit família/parella de l’u al deu, quin seria? Evidentment, baix, perquè em passo la majoria del temps treballant fora, viatjant..

  I pel que fa als amics? Doncs semblant, no em queda temps, tot i que voldria, quan arribo a casa només tinc ganes de descansar i les setmanes em passen volant.

  La teva salut que tal? Buf, sempre sóc fora, menjo malament ja ho se, i no tinc temps de cuidar-me.

  El treball/diners? Ah!! aquí, puc posar una puntuació prou alta, estic molt satisfet dels resultats de la meva feina, de l’èxit professional que he assolit.

  Amb un simple traç que unia les diferents valoracions, aquest fou el resultat que li van posar al davant les seves respostes:

  Carlos, aquest és el teu taüt,  va ser l’única cosa que li va dir.  

  Quina creieu que seria la metàfora, el dibuix resultant de dedicar-nos de forma equilibrada a les diferents àrees de la nostra vida? Si més no, a aquelles que diem que són importants?